Hace cuatro semanas agentes de la Policía Nacional recibieron un aviso a través de los canales de cooperación internacional sobre la llegada de un buque al puerto de Barcelona, cargado con cocaína procedente de Panamá. Ya entonces se activaron todas las alertas para localizar el contenedor en cuestión; y así, en el momento de su llegada a puerto, interrumpir el que sería su protocolario desembarco. El objetivo era encontrar la mercancía antes de que lo hicieran los “malos” que tenían que ir a recogerla.
1.500 kg en bolsas de deporte
De este modo, tras varias semanas de seguimiento – una vez localizaron el buque en el que presuntamente viajaba la cocaína – la madrugada del pasado martes 17 de mayo se montó un dispositivo conjunto de la Policía Nacional y la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) para registrar el contenedor marcado. Efectivamente, en él, incautaron 1.500kg de cocaína.
Más de una tonelada que viajaba, según ha podido saber eltaquigrafo.com de fuentes cercanas a la investigación, escondida en bolsas de deporte, dentro de un contenedor que trasportaba papel prensado. Se esperaba que alguien fuese a recoger esta mercancía para darle salida en el mercado negro, en un momento en el que el kilo de cocaína se vende por 25-30 mil euros – mucho menos que hace unos meses.
Con todo, y por ahora, no hay detenidos y la investigación sigue en marcha para tratar de averiguar quién se escondía tras este envío y su esperada recepción.
Los Puertos: nidos de droga y corrupción
Fuentes policiales han aprovechado la ocasión para trasladar a esta redacción la preocupación que sigue existiendo en relación con los puertos marítimos y su estrecha relación con la entrada de sustancias estupefacientes. De hecho, esta vía, según las mismas voces, sigue siendo la principal puerta de entrada de cocaína y hachís al viejo continente. Y no sólo a través de Barcelona, sino mediante todos los puertos del territorio estatal y Europa.
En este sentido, la Policía Nacional y la DAVA luchan para que Barcelona no llegue a los niveles de incautaciones y corrupción que existe en puertos como el de Hamburgo o Amberes, las principales puertas de entrada de cocaína a Europa. Hace poco, en el marco de esta lucha, agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con EUROPOL, lograron desarticular una organización criminal que se había asentado en la capital catalana después de huir de las citadas ciudades europeas, dada la presión policial que empezaron a sentir ahí.
“Operación Belarus”
El puerto de Barcelona se convirtió en uno de los enclaves escogidos por esta “experimentada y violenta” organización para introducir toda la mercancía que luego viajaría por el resto del continente. De hecho, en el marco de este dispositivo transnacional agentes españoles lograron intervenir en dichas instalaciones portuarias más de media tonelada de cocaína, distribuida por este grupo; a quienes los investigadores atribuyen el envío de más de 23,5 toneladas de esta droga, exportada desde Paraguay.
Con todo, las autoridades detuvieron a un total de 39 personas en el marco de esta macro dispositivo transnacional. Doce de ellas en España. El resto en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Emiratos Árabes Unidos y Paraguay.
El mercado negro está a tope de mercancía
Fuentes del CNP también ponen de relieve la significativa disminución del precio de la cocaína en el mercado negro. Actualmente, señalan las mismas voces, el kilo se vende por 25-30 mil euros. Sin embargo, hace unos meses esta cifra era casi el doble. Esa disminución confirma - como vienen investigando desde hace meses - que se ha introducido mucha mercancía, lo que ha provocado una caída del precio, como sucede en cualquier mercado económico.
No creen que Barcelona, o cualquier otro puerto español, haya sido la puerta de entrada de toda esta droga, se enfocan más en Hamburgo o Amberes. No obstante, estas cifras les hacen estar alerta, porque entrelíneas se interpreta que está habiendo mucho movimiento entre los países productores de Sudamérica y los receptores en Europa. Lo que, a su vez, no es algo sumamente extraño o inusual dada la época del año en la que nos encontramos: a las puertas del periodo estival.