Un joven de 15 años intenta suicidarse en La Ràpita: se sentía rechazado debido a su autismo

Imagen de Pol, publicada por sus padres en redes sociales /   Josep Gual Rebull
photo_camera Imagen de Pol, publicada por sus padres en redes sociales / Josep Gual Rebull
Los hechos sucedieron el pasado lunes 20 de febrero, cuando el joven Pol, de 15 años, se precipitó desde el balcón de su casa a una altura de 14 metros. Aunque sigue grave, sigue recuperándose de sus heridas en el hospital 

Pol, un adolescente de 15 años, vecino de La Ràpita (Tarragona), se encuentra ingresado en estado crítico desde el pasado lunes 20 de febrero, después de haberse precipitado desde el balcón de su casa. El joven, antes de saltar, dejó una nota de despido a sus padres.

En ella, explicaba que quería quitarse la vida por las constantes burlas e insultos que recibía en el instituto a causa de su autismo. No quiero vivir en un mundo donde la mala gente sale aplaudida y las personas sensibles, nobles y de buen corazón siempre tienen las de perder”, se leía en su misiva.

Las padres denuncian los hechos públicamente

Los padres han sido quienes han denunciado los hechos públicamente a través de sus perfiles sociales: Pol "milagrosamente ha sobrevivido a una caída de 14 metros", pero tiene "brazos, piernas y dos costillas rotos, además de dos vértebra fracturadas" y "ya lleva varías cirugías", ha hecho público el padre, Josep Gual Rebull, en su perfil de Facebook.

"No sé por dónde empezar, mi mujer y yo estamos pasando los peores días de nuestras vidas", empieza el post del padre, que se acompaña de una fotografía del niño en el hospital, donde se puede ver la gravedad de su estado. La madre, Julia Herrera, por su lado, ha ido explicando día a día los avances de Pol, que parece que va mejorando, aunque todavía muy poco a poco. “Esta mañana han pasado todos los médicos. Pol va mejorando” ha dejado escrito la progenitora este lunes por la tarde.

Pol se sentía solo, para no escuchar las burlas se aisló

La víctima tiene un cierto grado de autismo, lo que le provocó tener dificultades a la hora de relacionarse con otras personas. Pero, según su padre, "es muy inteligente y se da cuenta de todo lo que le rodea". De hecho, el progenitor considera que su hijo no era víctima "directamente" de acoso, aunque añade que "hay muchas maneras de hacer sentir mal a las personas y todo suma" y que Pol era víctima de risas y de expresiones como "este tío es un rarillo, míralo cómo se mueve, no se relaciona con nadie".

Esta situación provocó que Pol empezara a aislarse para no recibir burlas, asegura Josep Gual, hasta que llegó un día en el que “en su mente lógica se dijo ‘qué hago yo aquí’” lamenta el progenitor. Para añadir que "los padres son muy importantes" pero "en esta fase de la vida, la relación con sus iguales es vital".

Decididos a luchar contra el bullying

El instituto El Alfacs, centro en que estudiaba Pol, se ha llenado de pintadas denunciando los hechos y a favor de Pol: “1 para todos, todos contra el bullying” se podía leer en la fachada de la puerta principal, al lado del nombre del adolescente con un corazón.

La madre, en otra de las publicaciones, explicaba que quería luchar por frenar el bullying: “lo que hacen bullying también son víctimas de una sociedad podrida”. Julia no se ha cansado de dar voz a su pequeño Pol desde que el pasado día 20 se tiró del balcón de su casa. Explica incluso los gritos de dolor que esgrime su hijo ante la multitud de huesos rotos que presenta. “¿Cómo he llegado hasta aquí?” se preguntaba el joven después de una de las operaciones. “Yo le dijo que se queje, que no se calle, que lo saque todo, que no tiene porque aguantar el dolor”.

Al día siguiente del intento de suicidio de Pol…

24 horas después de que Pol se precipitara del balcón de su casa en La Ràpita, se conocía el caso de Leila y Alana (o Iván, como había pedido que lo llamaran), las gemelas de Sallent (Barcelona). Ambas, según la familia y varios amigos, sufrían acoso en el colegio: primero fue por su acento y su origen argentino, luego por su situación económica y lo último desde que Alana manifestó que quería empezar a ser tratada como un niño”, explicaba a ELTAQUIGRAFO.COM Cristina Puga, la prima política de las niñas.

Puerta principal del Instituto El Alfacs, donde estudiaba Pol   /    Julia Herrera Velado
Puerta principal del Instituto El Alfacs, donde estudiaba Pol / Julia Herrera Velado

El Departamento de Educación de la Generalitat investiga internamente si la madre había denunciado los hechos al colegio – como asegura la familia – y en ese caso, por qué no se activó el protocolo antiacoso en el instituto Llobregat, donde estaban escolarizadas.

La familia se despide de Alana

Alana ya ha sido incinerada y su familia pudo despedirse de ella este pasado domingo en el tanatorio de Sallent –este medio sigue refiriéndose a la víctima en femenino por voluntad de la familia, que desconocía el deseo de la joven de iniciar la transformación de género. Leila, por su lado, sigue en estado crítico, ingresada en el Hospital Parc Taulí de Sabadell, aunque poco a poco va mejorando.

Tanto el caso de Leila y Alana, como el de Pol, ponen de manifiesta la cruda realidad del suicidio adolescente, que ha aumentado exponencialmente tras la pandemia.

El suicidio se puede prevenir

En este sentido, el doctor Diego J. Palao, psiquiatra en el Parc Taulí de Sabadell e impulsor y director del Plan Presc (el plan de prevención contra la muerte por suicidio en Catalunya), ha explicó hace unos días en una entrevista para TV3 que el suicidio juvenil, y en general la muerte por suicidio, se puede prevenir con el tratamiento y la atención adecuadas.

En el caso de los adolescentes, ha explicado, muchos sienten que desconectan de sus familiares, que nadie les puede entender y que no pueden compartir sus problemas”. Por eso, hay que hacerles entender que estas crisis son temporales y que esta sensación de “desesperanza” puede cambiar con atención psiquiátrica. La mejor manera de hacerlo entender es estar muy atentos a sus cambios de actitud y ante la duda, preguntar“Siempre se ha creído que preguntar sobre si una persona tiene pensamientos suicidas incita a la muerte por suicidio, pero sucede todo lo contrario, mitiga esos pensamientos”.

Por lo tanto, insiste el Dr. Palao, para prevenir el suicidio juvenil hay que estar atentos y no dudar en preguntar. De este modo, se pueden detectar trastornos o enfermedades mentales a tiempo, “que suelen esconderse tras los pensamientos suicidas”, para que sean tratadas como corresponde. Aunque eso puede llevar un tiempo, es la mejor solución para eliminar esa sensación de incomprensión, soledad y desesperanza.

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