A escasos 100 metros de la vivienda familiar de Javier Ardines, el concejal de Llanes asesinado el pasado mes de agosto, se encuentra la segunda residencia de Pedro Luís N.A., el presunto artífice de la muerte del concejal.
Casualmente hace 6 meses, justo el tiempo que lleva abierta la investigación de la Guardia Civil, que ni Pedro ni su mujer, Katia. B (prima hermana de la mujer del concejal) ponen un pie en la localidad asturiana.
Pero, este miércoles, tras meses sin aparecer por el pueblo (ausencia que habían notado los vecinos), Pedro volvió de nuevo a su casita en la parroquia de Bermejo de Pría. Esta vez, no de vacaciones, ni siquiera acompañado de su familia, sino detenido acusado de ser el autor intelectual del crimen del concejal de Llanes, Javier Ardines.
El artífice del crimen acompaña a los agentes al registro
Los investigadores condujeron al detenido directamente desde el único calabozo del cuartel de Llanes, en el que ha pasado su primera noche arrestado. Pedro N.A. ha entrado en la vivienda, acompañado de varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), tratando de ocultar su rostro ante la presencia de varios medios de comunicación.
Al salir de la vivienda, custodiado por varios agentes, el detenido vestido con un plumas de color verde y de nuevo ocultando parcialmente su rostro con la capucha, mantuvo la misma actitud y eludió responder a las preguntas de los periodistas.
Con gesto serio, agachó la cabeza y entró en el coche policial que le trasladaba de nuevo a los calabozos a la espera de que pase, previsiblemente durante el jueves, a disposición judicial ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Llanes, que lleva las diligencias y mantiene el secreto de las actuaciones.
Detenido el martes en su residencia en Amorebieta (Vizcaya), el amigo y primo político de la víctima habría contactado, a través de un amigo suyo, con dos matones argelinos para acabar con la vida de Ardines. Ni ajustes de cuentas, ni motivaciones políticas. Todo eran celos.
Los agentes arrestaron también en Bilbao al supuesto intermediario y a uno de los sicarios, mientras que el segundo se halla en una cárcel de Suiza donde está ingresado por tráfico de drogas. Se pedirá su extradición.
Ardines mantenía una presunta relación con Katia B.
La Guardia Civil ya confirmó los motivos sentimentales que envolvían el asesinato del concejal. En este sentido, voces del pueblo añaden que tenía más de un enemigo en la localidad porque todos conocían su faceta más “Casanovas”.
De hecho, la Guardia Civil ha reconocido que la compleja vida sentimental de Ardines (52 años) ha complicado notablemente la investigación, pues Katia no era la única mujer con la que mantenía una relación extramatrimonial, como afirma El Confidencial.
Así pues, los agentes que llevan el caso fueron los que confirmaron que, efectivamente, Ardines mantenía una relación sentimental con la mujer de Pedro y prima de su mujer, Katia B. Confirmaron, además, la multitud de llamadas telefónicas que había entre ellos, así como los esporádicos viajes de Ardines a Amorabieta (donde vivía la mujer).
El marido de Katia descubrió la infidelidad y, según los investigadores, buscó primero a un amigo, Jesús, y este a dos delincuentes comunes argelinos, para darle un escarmiento. El escarmiento acabó con la vida del concejal de IU.
La emboscada
Javier Ardines salió muy temprano de su casa el 16 de agosto. Había invitado a una amiga suya, fotógrafa, a hacer un reportaje de alta mar en su barca. La mujer asegura que le extrañó mucho que no apareciese a su cita y eso le hizo dudar.
En el camino de salida de su casa, en la parroquia de Belmonte de Pría, se topó con tres vallas de obra que le bloqueaban el camino. El concejal bajó del coche para retirar las vallas cuando fue sorprendido por alguien, este alguien le dio un golpe en la cabeza con un objeto contundente que lo dejó entumecido, pero seguía con vida. Mientras intentaba huir se desplomó. Entonces fue estrangulado.
Un vecino aseguró haber escuchado los gritos y fue el mismo que localizó su cadáver a unos 70 metros de su vehículo, que seguía con la puerta abierta y el motor encendido.
Lo que falta por esclarecer es si el inductor estaba presente en el momento del crimen, pero, los agentes, no dudan en que estuvo perfectamente planeado. De hecho, unos días antes del asesinato, el concejal ya se había encontrado las vallas bloqueando su camino, un episodio que la GC tilda de ensayo general del crimen.
Meses con la Guardia Civil en los talones
En noviembre fuentes de la investigación ya descartaron el crimen político y centraron sus pesquisas en el móvil sentimental. Concretamente, la GC estaba buscando a “un sospechoso asiduo a la zona de Llanes, pero con residencia en el País Vasco”. Momento en que Pedro N.A. tuvo de darse cuenta de que tenía a los agentes pisándole los talones.
En este sentido, fue la mujer del concejal quién alarmó al cuerpo de policía de la extraña actitud que tenían, desde hacía meses, su prima Katia y su marido.
Los vecinos de Llanes agradecen que se haya puesto nombre y apellidos a los autores del crimen y así poder poner fin a seis meses de miradas de recelo, señalamientos de presuntos culpables y un sinfín de chismes que afectaban a la convivencia.