Los restos mortales del pequeño fueron trasladados a las cuatro de la madrugada al Instituto de Medicina Legal de Málaga para practicarle la autopsia, que concluyó a primera hora de la tarde.
Desde allí, el féretro con el cuerpo del niño, ha sido llevado al tanatorio de la barriada malagueña de El Palo, donde residía Julen con sus padres. La inhumación del pequeño está programada para el domingo a las 13h30 horas, y previamente se celebrará un acto religioso.
Heridas compatibles con la caída
Las primeras conclusiones de los médicos forenses indican que las heridas observadas en el cuerpo del niño son perfectamente compatibles con su caída al interior del pozo.
El pequeño, que cayó de pié y con los brazos hacia arriba, presenta serios politraumatismos que le provocaron la muerte y heridas producidas por el rozamiento con las paredes del túnel.
La Guardia Civil investiga el tapón de tierra
Los restos mortales del niño fueron hallados a 71 metros de profundidad, cota hasta la que se rellenó de tierra el pozo que originariamente era de 110 metros.
Por encima del cuerpo del menor, también se generó un tapón de tierra muy compacta, que no pudo extraerse y que imposibilitó el rescate del pequeño, ahora la Guardia Civil lo está investigando.
Una de las hipótesis más probables para la explicación de dicho tapón, es que, en la propia caída, se fuera desprendiendo tierra procedente de las paredes del pozo, que eran "muy imperfectas, muy arenosas", ha precisado en una comparecencia de prensa en Rincón de la Victoria (Málaga) el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.
El propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha añadido en una rueda de prensa que todavía no hay elementos “suficientemente contrastados para llegar a una conclusión".
La investigación sigue abierta y se ha hecho cargo del caso el juzgado de instrucción número 9 de Málaga.