Más de un siglo después de que la detención de Enriqueta Martín, más conocida como “la vampira de Barcelona”, destapara un escándalo de prostitución y corrupción de menores en el que estaban implicadas personalidades de la alta sociedad barcelonesa, la Ciudad Condal ha vuelto a ser escenario de un vergonzante negocio de explotación sexual con una niña como víctima.
La Policía Nacional y la Guardia Urbana han liberado a una adolescente, de 16 años, y a su hermano, de 14, que estaban siendo explotados por su propia familia en Barcelona. El niño era obligado a ejercer la mendicidad durante casi todo el día, mientras que la niña era prostituida, mediante amenazas y agresiones físicas continuas, en L’Hospitalet de Llobregat.
En la operación han sido detenidos tres familiares de los menores, entre los que se encuentran la tía y la hermana mayor de los niños liberados. Además de los parientes, la policía ha detenido a tres hombres que habrían abusado de esta menor, víctima de la explotación sexual.
De hecho, según las informaciones que manejan los investigadores, era la propia hermana mayor, que también ejercía la mendicidad en la vía pública, la que ofrecía los servicios sexuales de su hermana a los conductores en algunos pasos de peatones mientras los semáforos estaban en rojo para los vehículos. De hecho, en uno de los teléfonos móviles recuperado tras su detención, la Policía Nacional ha descubierto una lista de contactos que cree que se corresponde con los “clientes” de la víctima de explotación sexual. Los investigadores se esfuerzan ahora en localizar a todos aquellos hombres que podrían haber mantenido encuentros sexuales con la adolescente, ya que habrían incurrido en un grave delito de prostitución y corrupción de menores.
Por otro lado, los familiares pasarán a disposición judicial como presuntos autores de un delito de prostitución, corrupción de menores y contra los derechos y deberes familiares. La investigación continúa en marcha y no se descartan detenciones en las próximas horas relacionadas con otras personas que hubieran pagado para mantener relaciones sexuales con la niña.
Sobrevivían en condiciones infrahumanas
Los niños liberados, que ya se encuentran bajo la tutela y protección de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), vivían en una barraca, en condiciones de insalubridad, en un campamento irregular del Poble Sec. La precaria edificación no contaba con las condiciones mínimas de habitabilidad e higiene. Además, ambos menores estaban sin escolarizar y, a su edad, no saben leer ni escribir.