Todo lo que rodea la muerte de la pequeña Carolina, la niña de cinco años hallada muerta en un hotel de Logroño, sigue siendo un misterio que va acumulando interrogantes. Por el momento, la Policía Nacional no solo tiene que investigar su fallecimiento, sino también el de su abuela materna, cuyo cadáver apareció este martes en la ladera del río Ebro. Además, según las primeras informaciones en relación con la autopsia de la menor, ésta no habría sido concluyente y, por lo tanto, aún no se podría confirmar cómo murió la pequeña. Aun así, los investigadores apuntan a que podría haber sido asfixiada por su madre, Adriana, quien habría tratado de suicidarse justo después.
El cadáver de la abuela fue localizado a media mañana en una de las zonas de la ribera del Ebro más visitadas de Logroño. Su bolso fue encontrado a 150 metros de donde se ha hallado el cuerpo, según fuentes de la investigación. A falta de las autopsias, y con todas las líneas de investigación abiertas aún, los investigadores de la Policía sospechan que la muerte de la mujer podría tratarse de un suicidio. La abuela no estaba registrada en el hotel, donde sí lo estaban la madre y la niña, pero sí estuvo allí, según fuentes del establecimiento. Las primeras líneas de investigación analizan si pudo acudir tras ser llamada por su hija y se encontró en la habitación con la terrible situación.
Autopsia no concluyente
Según La Rioja, la autopsia realizada a la niña, no es concluyente acerca del motivo de la muerte de la pequeña. Así que los datos recopilados deberán ser enviados al instituto de Medicina Legal de Madrid para un segundo examen. Los resultados definitivos tardarán en conocerse porque el Anatómico Forense ha solicitado la práctica de diversos análisis al Instituto de Toxicología y su conclusión viene a durar, al menos, tres semanas.
Según ha podido saber el mencionado diario riojano, todavía no se puede afirmar con rotundidad, como han publicado otros medios, que la niña muriera por asfixia.
La madre sigue detenida en el hospital
La madre de la menor se encuentra en el módulo de detenidos del hospital de Logroño y es la principal sospechosa de la muerte de la niña. Su testimonio es crucial para averiguar lo ocurrido. A falta de los resultados de la autopsia, la calificación del delito como homicidio o asesinato le corresponderá a la autoridad judicial.
Sobre las 9.30 del lunes, la Policía acudió al hotel Los Bracos de Logroño, tras recibir una llamada de los empleados, alertados por un vecino que había visto a una persona con intenciones suicidas. Al llegar, los agentes encontraron a la mujer sentada en el alféizar de una ventana, con algunos cortes, y a la niña muerta en la cama, tapada con una manta. La Policía analiza unas cartas de despedida enviadas por la madre a un familiar y que éste entregó a la Guardia Civil de Haro tras conocerse el suceso.
También buscaron a la abuela materna
La Policía y los bomberos buscaban desde este lunes a la abuela de Carolina, después de encontrar a la niña muerta en la habitación 404 del hotel Los Bracos, de Logroño y a su madre, Adriana, sentada en la ventana y con evidentes señales de que se habría intentado suicidar.
La abuela llegó el domingo al hotel con su hija y su nieta, pero no se quedó a dormir, dejando la habitación aquella misma noche. Desde que encontraron a Carolina muerta, buscaban a la mujer, al considerar que era clave para la investigación y sospechosa de su implicación en la muerte de su nieta.
Finalmente, este martes, hacia las 12.00 horas, encontraron su cuerpo flotando en el río Ebro, concretamente en el parque de La Ribera, aguas abajo de la Plaza de Toros de Logroño. Cerca de este punto, en el mirador del Ebro, la Policía ha encontrado el bolso de la mujer.
El padre denunció su desaparición
El padre de la niña, que estaba separado de la detenida, había denunciado a última hora del domingo la desaparición de la pequeña, ya que la madre incumplió el horario de entrega. La denuncia fue presentada en el cuartel de la Guardia Civil de Haro, donde también reside el progenitor. El padre explicó que su esposa tenía que haberle entregado a la niña esa tarde y no lo había hecho.