El ocio nocturno en Catalunya vive sus horas más bajas después de 18 interminables meses con el cierre echado. Las políticas restrictivas de la Generalitat han colocado a este sector al filo del abismo, con un 27% de locales que han tenido que bajar la persiana definitivamente. “La situación que padecemos es de agonía crónica”, lamenta Fernando Martínez, director general de la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON) en referencia a la falta de concreción sobre una fecha para el reinicio de esta actividad empresarial con normalidad.
Aunque recientemente la Generalitat ha permitido una tímida apertura de los espacios exteriores de los locales de ocio nocturno hasta las 3 de la mañana, el director general de FECALON se niega a calificarlo como una reapertura. “Solo el 5% de los locales de toda Catalunya cuentan con terraza”, explica. Y los pocos que las tienen han optado por volver a cerrar ante la imposibilidad de cumplir con la normativa establecida, lo que supone, de nuevo, un retroceso. Con este panorama, Martínez explica que el sector ya ha perdido el 60% de la facturación de este año y que, de no abrir de forma inminente, del 27% de locales que ya han perdido la licencia, la cifra se dispararía a finales de 2021 hasta un 40% de negocios que se verán abocados al cierre definitivo.
Un incentivo para los jóvenes antivacunas
Desde la Generalitat les dijeron que tenían que esperar al inicio de los colegios, a la vuelta de las vacaciones y a la transición del teletrabajo a las oficinas para analizar si podría darse una sexta ola antes de reabrir el ocio nocturno. Les pidieron que la presión hospitalaria se redujera drásticamente, y los empresarios, que abogan por una reapertura segura, lo comprendieron y aguardaron pacientemente. Pero, cuando se cumple un mes de la vuelta al cole y el reinicio de los trabajos, el sector sigue sin tener noticias del Departament de Salut en este aspecto. Tampoco han percibido nuevas ayudas por la falta de consenso entre grupos parlamentarios. “Las cifras de contagios están bajando y ya son mejores que en junio, cuando se aprobó una reapertura”, explica Fernando Martínez.
Asimismo, la realidad con respecto a los meses previos a la época estival es otra completamente distinta. El 75% de la población catalana ya cuenta con la pauta completa. No obstante, se estima que en torno a un 20% de la ciudadanía es negacionista, por lo que esperar a que suba la cifra de vacunados es, a ojos del director general de FECALON, una pérdida de tiempo. Martínez denuncia que el 90% de pacientes que ocupan las camas UCI son personas que no han querido vacunarse. “Un acto irresponsable de un pequeño sector de la población no se puede achacar al funcionamiento de un sector empresarial”.
La solución a los botellones
Además, desde FECALON consideran que la reapertura de pubs y discotecas podría ayudar a que aquellos jóvenes indecisos opten por vacunarse. Para acceder a los locales, el sector está trabajando conjuntamente con la Generalitat en una app móvil que, mediante un código QR, ofrecerá información del usuario, siempre respetando la protección de datos, por si en alguno de los locales se produjera un brote. “Esto empujará a la gente joven más reacia a vacunarse. Si tener el certificado de vacunación es un requisito imprescindible para acceder al ocio nocturno, es un incentivo”.
Por otro lado, la reapertura sería clave para solucionar los gravísimos problemas de orden público y los altercados ocurridos en las calles de Barcelona durante los últimos fines de semana. “Los botellones están creando un hábito perjudicial en los jóvenes”. La edad de consumo de alcohol ha bajado hasta los 14 años, el consumo de drogas se ha disparado, incluido las de algunas como el gas nitroso, según ha confirmado la propia Guardia Urbana”. Como consecuencia, la ingesta desmesurada de estas sustancias acaba cristalizando en graves incidentes y toda una serie de problemas derivados de los excesos.
Por eso, el director general de FECALON cree que la reapertura del ocio nocturno, que algunos fijan el 8 y otros el 15 de octubre, ha venido motivada por la presión de los macrobotellones de los últimos días, las quejas de asociaciones de vecinos y de los propios padres de los chavales que creen que estarán más controlados en las discotecas que en la calle. “Solo en la ciudad de Barcelona hay más de 2.000 controladores, que apoyarían a la Guardia Urbana y a los Mossos en las tareas de seguridad. Esperamos que la fecha de apertura sea el 8 y no el 15, porque cuanto más se dilate en el tiempo: más fines de semana, más problemas de altercados y más botellones… sin olvidar los costes de los dispositivos de seguridad y limpieza que está pagando el ciudadano y que son brutales”.
Unas restricciones injustificadas
Estos botellones no son inocuos en ningún aspecto. “Lo primero que hacen al atender a jóvenes infectados por COVID-19 en el hospital es preguntarles si han asistido a una fiesta ilegal”. Por eso, aclara Fernando Martínez, el sector del ocio nocturno se negó a abrir sus puertas en las fiestas de la Mercè, para evitar, precisamente, que se les señalara como culpables de los contagios de esos días de desenfreno. Aunque hubiera sido un balón de oxígeno, se negaron a ser, de nuevo, el chivo expiatorio.
“La pandemia está controlada. Ahora hay que ayudar al sector empresarial e incidir en la vacunación de aquellos que no quieren vacunarse”, remata Martínez. La política restrictiva de Catalunya ya no está justificada ni tiene una repercusión positiva en la mejora de los datos sanitarios. El mejor ejemplo es Madrid. Con el ocio nocturno funcionando a pleno rendimiento, cuenta ya con mejores cifras de incidencia que Catalunya, que si no levanta el pie de del cuello del sector de la noche, acabará por asfixiarlo.