Pasó auténtico pánico. La menor presuntamente violada el pasado domingo por la “segunda manada de Manresa” llamó hasta en dos ocasiones al 112 pidiendo auxilio, hecho que demuestra el terror y su oposición ante lo que estaba sufriendo. Lo ha contado este martes durante su intervención ante la magistrada del juzgado de instrucción número 7 de Manresa (Bages, Barcelona). A su lado, acompañándola en todo momento, una psicóloga del Servicio de Emergencias Médicas (SEM).
La primera llamada fue desde el piso
Durante la primera llamada al servicio de emergencias, aún en el interior del inmueble, la menor no supo decir donde estaba y mientras hablaba con la operadora, uno de los jóvenes le quitó el teléfono.
La segunda vez, cuando pudo huir del lugar y ya fuera del piso, llamó para pedir auxilio. La joven esperó a que llegaran los Mossos d’Esquadra y el SEM, que la trasladaron a un centro hospitalario, donde le realizaron las pruebas pertinentes.
Durante la rueda de reconocimiento, como se extrae del auto, la joven supo diferenciar a sus agresores, ahora en prisión provisional por un presunto delito de agresión sexual, por el que les pueden condenar hasta con 15 años de prisión.
Los detenidos se niegan a declarar
Los cuatro detenidos también comparecieron ante la magistrada. Tres de ellos, de unos 20 años, acusados de violar a la menor por turnos en una casa ocupada del centro histórico de la ciudad, se negaron a declarar, como ya hicieron en dependencias policiales, y la magistrada encargada del caso, de acuerdo con la Fiscalía, acordó prisión provisional, comunicada y sin fianza para los 4 sospechosos de la violación múltiple.
Los hechos descritos ocurrían la madrugada del pasado domingo. En Manresa. Tan solo dos días después de finalizar la primera parte del juicio oral de ‘La Manada de Manresa’. Al menos dos de los arrestados en esta ocasión son jóvenes extutelados por la Generalitat.
Se conocieron horas antes
Según ha podido saber eltaquigrafo.com, la joven conoció a algunos de sus agresores tan solo unas horas antes de consumarse la violación. La muchacha accedió a acompañarlos al piso, donde bebieron unos cuantos cubatas y fumaron porros.
Como se explica en el auto de prisión, uno de los jóvenes al ver a la menor algo aturdida debido al alcohol, la invitó a dormir un rato. La realidad fue distinta. Con la luz apagada y con los móviles como linternas, uno por uno entraron en la habitación donde se encontraba la joven para violarla y agredirla por turnos.
La menor ya reconoció ante la policía catalana que no recordaba el orden exacto en el que se habían perpetrado las violaciones, incluso no supo diferenciar si uno de ellos la penetró o solo le hizo tocamientos. Lo que tiene claro es que mostró, de manera reiterada, su negativa ante lo que estaba sucediendo e intento huir, pero no pudo. Cuando logró escapar, como consecuencia de las prisas, dejó su ropa interior y un cosmético en el piso.
Riesgo de fuga
Ninguno de los detenidos tiene ningún tipo de vinculación laboral, económica o familiar con su entorno, por lo que se hace más probable que puedan huir de la ciudad. No están correctamente empadronados, puesto que los datos, parece ser que no están actualizados, y uno de ellos, que vive en casa de un “familiar”, no tiene contrato de alquiler.
Esta poca vinculación con su lugar de residencia crea incertidumbre en cuanto a un posible riesgo de fuga, lo que justifica, en mayor medida, la prisión provisional. Además, la magistrada ha considerado que podrían alterar o destruir alguna de las pruebas que siguen en el piso donde se produjo la agresión.
La ciudad sigue consternada
La decisión de la juez se dio a conocer poco antes de que diese comienzo una manifestación de protesta en Manresa convocada por los vecinos de la población y donde han participado varios centenares de personas. El caso ha generado mucha consternación en la ciudad porque la semana pasada se había iniciado el juicio por otra agresión sexual grupal que tuvo lugar en 2016.
El Ayuntamiento de Manresa ha anunciado un plan de choque para eliminar la conflictividad en la zona de la calle Aiguader. En este sentido, la junta de seguridad local se reunirá para abordar la inseguridad que se vive en la zona desde hace algún tiempo y con la intención de reducirla al máximo.