El magistrado que dirige la causa por la brutal agresión de dos policías nacionales a un hombre en la terraza de un bar de Linares (Jaén) ha llamado a declarar a la víctima en calidad de perjudicado pero también de investigado. Tanto a Carlos M.A., la principal víctima, como a su cuñado Francisco P.G., testigo de los hechos, les imputa un presunto delito de lesiones y atentado contra la autoridad.
Según una información de El Confidencial, el juez Javier Antonaya, que ha ordenado la entrada en prisión provisional para los dos presuntos agresores, el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N., cree que aunque estos le propinaron una paliza a la víctima, esta podría haber sido quien inició la agresión al golpear a uno de los agentes. Asimismo, el magistrado pretende llegar hasta el final en la investigación de la trifulca y, aunque en los vídeos no se aprecia que Francisco P.G. hubiese propinado ningún golpe a los agentes, se puede ver cómo agarra a uno de ellos en reiteradas ocasiones con la intención de que soltara a su cuñado. El juez pretende discernir si este comportamiento podría comportar un delito de lesiones y de atentado contra la autoridad. La decisión de Antonaya de imputar a ambos se basa en el testimonio de los dos funcionarios y en el parte de lesiones presentado por los mismos.
La versión de la víctima
La principal víctima de la pelea se ha reiterado en Sede Judicial en su versión de los hechos. Carlos ha explicado que se encontraba en la terraza del bar de Linares, acompañado por su cuñado Francisco y su hija cuando, al ir a pagar, se encontró de manera fortuita con el subinspector José Luis, al que dice no conocer de nada. A la salida del establecimiento y de forma inintencionada, Carlos le golpeó el hombro con el suyo. Este roce desató la ira del agente que, supuestamente, empezó a increparlo. Aunque Carlos trató de ignorar la provocación, el subinspector y su compañero se abalanzaron sobre él en presencia de su hija y le propinaron una brutal paliza. La víctima asegura que recibió golpes, patadas e incluso un botellazo en la cabeza que lo dejó inconsciente.
La violencia fue tal que Carlos necesitó ser trasladado hasta el Hospital San Agustín de Linares donde certificaron una lesión en la nariz y en la córnea. Su hija, de tan solo 14 años, también resultó herida, aunque de carácter leve, al intentar ayudar a su padre.
La versión de los agentes
Aunque en el escrito de acusación el juez describe la actuación policial como una “despreciable agresión de violencia atroz” y afirma que el “sentimiento de impunidad” de los dos agentes los habrían llevado a utilizar una fuerza “desproporcionada”, poniendo en peligro la salud de otras personas, el magistrado quiere cerciorarse de que Carlos no inició esta pelea, ya que las versiones de los acusados difieren en este punto.
El subinspector mantiene que fue la supuesta víctima la que, de forma intencionada, le propinó un codazo y se encaró con él por el hecho de ser policía. Además, sostiene que fue Carlos quien se abalanzó sobre él y le propinó hasta ocho puñetazos. Tras esta agresión fue cuando el agente respondió con varios golpes en su propia defensa con la intención de zafarse de su agresor.
Un vídeo y varios testigos, los ojos del juez
La polémica actuación de los agentes, que ha desencadenado la indignación de los vecinos de Linares, ha generado una oleada de protestas en la localidad jienense.
Para esclarecer lo sucedido, el juez llamará en los próximos días a declarar a varios testigos presentes en la rocambolesca escena para completar el puzle a partir de la versión ofrecida por los cuatro investigados.