CRÓNICA

Las otras caras del trágico accidente de Montmeló

Pasajeros dentro del tren que atropelló a los cuatro jóvenes en Montmeló, instantes después del accidente  / ACN
photo_camera Pasajeros dentro del tren que atropelló a los cuatro jóvenes en Montmeló, instantes después del accidente / ACN
Cuatro jóvenes perdieron la vida este domingo en el atropello de Montmeló (Barcelona). Sin embargo, esta tragedia deja muchas más almas rotas. Eltaquigrafo.com habla con algunos de los pasajeros que viajaban en el convoy

Una tragedia. Esta es la palabra que describe lo vivido este domingo en Montmeló (Barcelona), donde cuatro jóvenes, tres chicas y un chico de entre 22 y 19 años, murieron tras ser atropellados por un tren que cubría la línea R3 de Renfe que conecta Barcelona con Vic.

El grupo lo formaban 7 personas, entre amigos y familiares. Algunos de Barcelona, otros de Madrid. Todos ellos llegaron a la estación de tren de Montmeló sobre las 20.00h y se dirigían al festival de música techno ‘Duro Festival’, que se celebraba este domingo 10 de septiembre en el parking del Circuito de Barcelona-Catalunya, un espacio conocido como Can Guitet.

Un punto sin visibilidad y entre curvas

La investigación de los Mossos d’Esquadra apunta a que, seguramente por desconocimiento, los jóvenes buscaron un atajo para llegar al área del festival, que se encontraba a unos 30 minutos andando. El deseo de llegar cuanto antes a la zona de fiesta les condujo a tomar una fatal decisión: cruzar las vías del ten por un punto no habilitado y de una extrema peligrosidad porque es una pequeña recta encajonada entre dos curvas cerradas y sin visibilidad.

El maquinista, que circulaba a una velocidad adecuada por la zona de 100km/h, vio a los jóvenes, pero no pudo frenar a tiempo. Tres de las víctimas murieron en el acto. Una cuarta entró en parada cardiorrespiratoria, pero los sanitarios del Servicio de Emergencias Médicas no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Los vecinos pide más seguridad y señalización de los pasos

Los supervivientes empezaron a gritar desesperados. Los vecinos de la urbanización Can Tabola, colindante a las vías, fueron los primero en atender a los jóvenes que buscaban, desconsolados, que alguien llamara al SEM y a la policía. Uno de ellos, de los supervivientes, perdió a su hermana y a su pareja en el trágico accidente, según avanza La Vanguardia. La música que llegaba del ‘Duro Festival’ imposibilitaba, incluso, que los jóvenes pudiesen haber detectado el convoy por el ruido.

Estos vecinos hace años que piden más seguridad y señalización en este tramo. Precisamente para evitar que las personas que no conocen la zona y que se dirigen al Circuito crucen por ahí. De hecho, tan solo a 100 metro a un lado y a otro se encontraban dos pasos (uno elevado y otro subterráneo) para poder cruzar sin peligro. Seguramente el desconocimiento de la zona y la falta se señalización condujo a los jóvenes a querer buscar un atajo.

Lo que se vivió en el otro lado

Las cuatro familias ya han sido informadas del suceso, tanto las de Barcelona, como las de Madrid. Pero, además de las cuatro víctimas mortales, estas tragedias dejan muchas más almas heridas. Para empezar, los otros tres supervivientes que vivieron en primera persona cómo sus amigos morían sobre las vías del tren. Y, por otro lado, el maquinista; que, aunque intentó frenar, vio como se llevaba por delante a los cuatro jóvenes.

Según el relato de algunas de las personas que viajan en el interior del tren con las que ha podido hablar este medio, tras escuchar un fuerte golpe, el tren paró en seco. Rápidamente, un interventor que viajaba en el mismo convoy habló por megafonía – dado que el maquinista estaba en pleno ataque de ansiedad – y explicó los hechos. Les pidió que mantuvieran la calma y que reprenderían el trayecto hasta la siguiente estación en cuanto las autoridades les diesen permiso para ello.

"Valoro muchísimo la profesionalidad del personal del tren. Yo pensaba que nos hablaba el conductor directamente. Luego me enteré de que era un interventor. Todos los pasajeros, al menos hasta donde yo pude ver, colaboramos para hacer el trámite más fácil", explica una joven que justo se bajaba en la siguiente parada, la de Granollers-Canovellas. 

Los pasajeros estuvieron informados en todo momento

Paralelamente, el mismo interventor empezó a contar todas las personas que viajaban en el tren para poder solicitar así un número concreto de autobuses para reprender el camino por carretera desde la siguiente estación. Asimismo, en cuanto llegaron los primeros sanitarios del SEM se brindó asistencia psicológica, por supuesto a los supervivientes y al maquinista, pero también a aquellos pasajeros que lo reclamaran.

El maquinista dio negativo en la prueba de drogas y alcohol que se hacen por protocolo en estos casos. La unidad de investigación de los Mossos d’Esquadra de Mollet de Vallès se ha hecho cargo de una investigación en la que colaborarán tanto Renfe como Adif. Cuando los agentes le dieron permiso, el tren circuló hasta la siguiente estación, la de Granollers-Canovelles, donde estacionó y los pasajeros, algunos en estado de shock, pudieron seguir tu viaje hasta su destino. 

"Impactó salir del tren y ver algunos rastros de sangre... yo no me alteré, pero había otros pasajeros bastante nerviosos. Hicimos un grupito y todos coincidimos en lamentar cómo estaría el pobre maquinista. Tuvo que ser una imagen difícil de olvidar...". 

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