Cada vez más, la sociedad es testigo de un aumento de la violencia sexual entre menores. Algunos expertos achacan el preocupante auge de estos comportamientos a la pornografía como primer consultorio y único docente en el terreno afectivo-sexual. Otros, identifican en el discurso coercitivo dominante el pilar sobre el que se asienta la base de la “cultura de la violación”. Sea como fuere, las agresiones sexuales grupales entre menores se han disparado en los últimos años. La última de la que se tiene registro sucedió el pasado sábado, 3 de abril, sobre las 22:30 en el madrileño Parque del Oeste.
Dieciocho agresores
Según el testimonio de la víctima y de los testigos, la menor estaba bailando sobre un banco cuando dieciocho chicos la rodearon y le practicaron tocamientos de índole sexual, sin su consentimiento, en diversas partes del cuerpo. Mientras la adolescente se encontraba paralizada, varios jóvenes abusaron de ella al mismo tiempo que otros aprovecharon para robarle el teléfono móvil del interior de su bolso.
Los amigos de la menor fueron quienes alertaron a la policía de lo que estaba sucediendo y consiguieron sacarla del círculo de jóvenes que, además de realizarle tocamientos, sobre todo en el pecho y las nalgas, le profirieron insultos vejatorios. Gracias a su llamada, la Policía pudo identificar a los presuntos agresores en las inmediaciones del parque y detener a trece de los dieciocho chavales. De ellos, nueve son mayores de edad y cuatro son menores.
Sin embargo, tras prestar declaración ante el juez los trece detenidos, como presuntos autores de un delito de abusos sexuales a la menor de 16 años, han quedado en libertad con cargos a la espera de que se celebre el juicio, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y de la Jefatura Superior de la Policía a Europa Press.
La investigación continúa abierta
No obstante, la investigación de estos hechos, de la que se encarga la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Madrid, continúa abierta para identificar y emprender las acciones legales pertinentes contra el resto de los integrantes del grupo, que todavía no han sido localizados. A todos ellos se les imputa un delito de abusos sexuales mientras que a dos se les acusa, además, de resistencia a la autoridad, por oponerse a su detención de forma violenta, y a uno de ellos se le acusa de robo con fuerza, por la sustracción del móvil de la víctima.