Llegan a España los féretros de los periodistas asesinados en Burkina Faso

Los féretros de los dos periodistas españoles y del ecologista irlandés a su llegada a España | Ministerio del Interior
photo_camera Los féretros de los dos periodistas españoles y del ecologista irlandés a su llegada a España | Ministerio del Interior
“Hemos matado a tres blancos”, confirmaba el portavoz de la organización terrorista Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) en un audio difundido junto a fotos de las víctimas, así como del equipo periodístico y del material militar robado durante el asalto.

Poco después de las 9:00 de la mañana del viernes ha aterrizado en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz (Madrid) el avión que portaba los restos mortales de David Beriáin y Roberto fraile, los dos periodistas españoles asesinados en Burkina Faso mientras realizaban un documental sobre la caza furtiva. Junto a ellos, también ha sido repatriado el cuerpo del ecologista irlandés Rory Young, cofundador de la ONG Chengeta Wildlife, dedicada a combatir la caza furtiva y que colaboraba en el reportaje.

Los féretros han sido recibidos por un cordón militar y transportados a hombros de veinticuatro soldados. Las familias de los fallecidos han estado acompañadas por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la embajadora de Irlanda en España, Sile Maguire.

Una organización yihadista reivindica el asesinato

Los dos periodistas españoles y el activista irlandés fueron asesinados el lunes, después de que el convoy en el que viajaban fuera asaltado por un grupo de encapuchados armados en la reserva natural de Pama, al sureste del país. 

En las últimas horas el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), una organización terrorista de corte yihadista, ha reivindicado el asesinato de los dos periodistas. «Hemos matado a tres blancos. También tenemos dos vehículos con ametralladoras y doce motocicletas», confirmaba el portavoz de la organización terrorista a través de un audio. Para probar la veracidad del mensaje, los asaltantes difundieron fotos de las víctimas, así como del equipo periodístico y del material militar robado durante el asalto. 

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