Los Maristas de Lleida protagonizan otro caso de violencia sexual

Imagen del col·legio de los marsitas de Lleida
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La capital ilerdense desentierra el primer caso de pederastia en un colegio religioso de la provincia. Diez nuevas víctimas confiesan haber sufrido abusos por parte de uno de los hermanos del centro de los Maristas, el hermano Moisés

El caso de los abusos por parte de los Maristes de Catalunya, destapado en 2016 y que acumula cerca de 20 exprofesores denunciados, podría extenderse hasta otro colegio de Lleida, según el relato de diez presuntas nuevas víctimas.

Como ha avanzado El Periódico este viernes, los abusos en ese centro de la congregación, denuncian las víctimas, se cometieron por el hermano Moisés, ya fallecido, a mediados y finales de los años 70 y comienzos de los 80 en el colegio Montserrat de los Hermanos Maristas de Lleida.

El bedel con complejo de doctor

Las diez víctimas, que actualmente tienen entre 44 y 52 años, han explicado que el presunto abusador no era profesor, sino que tenía la función de "bedel" en el centro escolar, es decir, era “el tipo que cambiaba las bombillas cuando se fundían, reparaba las cerraduras de las puertas o desatascaba el inodoro”.

Aún así y a pesar de no ser médico, hacía exploraciones sanitarias a los alumnos del centro. Precisamente, aprovechaba dichas exploraciones para “meter mano” a los menores de entre 5 y 9 años.

Para llevar a cabo la revisión médica, a los alumnos del colegio Montserrat les hacían desnudarse en el aula, dejar la ropa sobre el pupitre, y, ya en calzoncillos, salir en fila india por un pasillo. La enfermera que llevaba a cabo exploración era una profesional de la que nada objetan. El problema, han relatado las víctimas, era que justo antes de que ella les atendiera, les esperaba el hermano Moisés.

Antes de que dicha enfermera revisara a los niños, el hermano Moisés les tocaba los genitales y magreaba sus traseros en una habitación contigua a la enfermería. "Moisés se comportaba como un depravado que trataba de meter mano sin ningún tipo de control", explica una de las víctimas.

Encubrimiento

Los diez hombres coinciden en concluir que el colegio encubrió al hermano Moisés. Mientras Moisés los tocaba, tenía que haber adultos merodeando y ninguno de estos hizo nada para frenarlo. A pesar de que el colegio estaba al corriente de cómo se comportaba durante las revisiones médicas.

Con todo, esta información sale a la luz tan solo unas semanas después del juicio contra Joaquim Benítez, el exprofesor de los Maristas de Sants que confesó haber abusado de varios alumnos. En su caso, el colegio también estaba al corriente de dichas prácticas y también encubrió los hechos. De hecho, cabe recordar que Benítez llegó a reconocer que “se sentía amparado por los Maristas”. El abusador confeso pidió perdón y aseguró que "había más" docentes implicados.

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