El distrito barcelonés de Ciutat Vella ha visto reforzada su seguridad con la presencia de agentes de la unidad antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, tras la ola de atracos y violencia que ha vivido la ciudad en los últimos días. Estas unidades se han desplegado especialmente en las zonas de ocio, como llevaban haciendo desde el inicio del verano en el mismo tipo de áreas del Port Olímpic.
Fuentes policiales han asegurado a Efe que no se trata
de que los dos furgones de los antidisturbios que se han establecido en Ciutat
Vella se queden permanentemente, sino que, en su labor itinerante de reforzar
con su presencia la seguridad en los puntos donde se les requiera, en los
últimos días se han centrado especialmente en este distrito de Barcelona.
De hecho, el lugar en el que se despliegan los
antidisturbios, que dependen de los servicios centrales de los Mossos
d'Esquadra, se decide a diario, en función de las necesidades operativas.
Ola de criminalidad
Desde principios de verano, la Ciudad Condal ha protagonizado episodios, casi diarios, de atracos y agresiones; produciéndose 5 homicidios en julio y otros tres en agosto. A principios de este mes, la División de Investigación Criminal (DIC) buscaba al culpable de la muerte de un hombre de nacionalidad marroquí tras una pelea ocurrida en Ciutat Vella, cuyo culpable se entregó días más tarde en la comisaría central de la Policía Nacional de la Verneda.
Solo unos días más tarde, el 12 del mismo mes, los Mossos emprendían la búsqueda de la persona que había provocado la muerte de otro hombre, éste de origen georgiano, tras apuñalarle durante una pelea en el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besós.
Cuatro días después, los agentes descubrían el cuerpo sin vida de una mujer oculto debajo de un camión en el paseo Can Tunis, en el barrio de Sants-Montjuïc. Los resultados de la autopsia confirmaron finalmente que la mujer había sido asesinada. Este descubrimiento desató una semana de crimen desmesurado con hasta cinco apuñalamientos, uno de ellos mortal. Además, se han registrado varias peleas entre ladrones y turistas, dejando a dos jóvenes turistas heridos por las trifulcas ocasionadas después de ser acorralados y robados a la fuerza. El último robo con revuelo mediático lo protagonizó el embajador de Afganistán en España a quien le sustrajeron el reloj de lujo que vestía, valorado en 17.000 euros.