El tiroteo de 2019 en un área de servicio de Llinars del Vallès (Barcelona), en el que murió un confidente y un policía resultó herido, fue el desencadenante de toda la investigación que se ha desarrollado alrededor de la trama corruptiva liderada por varios agentes de la Policía Local de Llinars. Entre ellos, el ‘Titán’, el caporal que resultó herido entonces.
De este modo, el caporal y otro tres policías de la misma comisaria quedaron detenidos el pasado 26 de octubre como presuntos colaboradores de una red dedicada al cultivo y tráfico de marihuana, asentada en dicha localidad vallesana. Sin embargo, el Inspector Josep Antoni López Garzón, Jefe de la División de Investigación Criminal de la región Metropolitana Norte de los Mossos d’Esquadra, ha asegurado en rueda de prensa que el papel de los agentes en todo el entramado era mucho más determinante del que imaginaron en un principio; siendo el ‘Titán’ el principal responsable de la seguridad, la logística y los medios de la organización criminal investigada.
Garantizaban un espacio, seguridad y comida
Tras cerca de 20 meses investigando a los principales sospechosos, entre ellos los cuatro agentes, se ha podido determinar que los policías poseían varias naves industriales que franquiciaban a diferentes grupos criminales para que se dedicasen al cultivo y tráfico de marihuana. ‘Titán’ y el resto ofrecían tarifa plana de seguridad, logística y medios por 1.000 – 1.500 euros mensuales. Luego, cada organización era independiente para cultivar la droga como quisiera y venderla dónde quisiera.
Entre los “servicios” que ofertaban garantizaban un espacio y la seguridad de que la policía no se acercaría a las naves. Incluso, ha explicado el Inspector, llegaban a llevarles comida si tenían que pasar largas jornadas dentro de las naves. Además, la explotación permitió constatar que las distintas ramificaciones de este entramado poseían armas de fuego con las que pretendían defender sus plantaciones. Armas de las que se está investigado su procedencia.
Adoptaron sendas medidas de seguridad
La investigación permitió conocer que algunos de los investigados llevaban 7 años dedicándose al tráfico de marihuana. Sin embargo, las más de 600 horas de escuchas telefónicas no han permitido conocer en qué momento los policías locales se posicionaron como capos de la droga, liderando esta red de franquicias de la marihuana. El Jefe de la División de Investigación Criminal de la región Metropolitana Norte asocia estos pequeños vacíos de información a las múltiples medidas de seguridad que los sospechosos, en especial los policías, adoptaron para esquivar las posibles investigaciones policiales. En este sentido, el Inspector López Garzón reconoce que al principio tuvieron que “picar mucha piedra” para verificar los indicios obtenidos de la investigación del tiroteo. Calcula que se han invertido más de 35 mil horas de trabajo.
Sea como fuera, el resultado de la investigación en el momento de la explotación del dispositivo posicionó a el ‘Titán’ como el presunto cabecilla de todo este entramado y al resto de policías, al menos dos de ellos, como necesarios colaboradores. Cabe recordar que tres de ellos ingresaron en prisión y uno quedó en libertad provisional, al entender que colaboró con ellos sólo en un momento muy puntual de la investigación.
Butrones internos de nave a nave
Durante la explotación de la investigación, liderada por el Juzgado de Instrucción 4 de Granollers, se realizaron 32 entradas y registros. A priori, tan solo tenían planteadas 28, entre naves, domicilios y establecimientos comerciales vinculados con los investigados. Sin embargo, en el momento de entrar a las naves industriales los investigadores se percataron que los investigados habían realizado vario butrones subterráneas que conectaban internamente unas plantaciones con otras.
En uno de los establecimientos registrados, entre los que se encontraban bares, inmobiliarias y hasta una peluquería canina, es donde hallaron la cantidad más notoria de cogollos preparados ya para su venta. Estos brotes estaban escondidos en el interior de bolsas herméticas, a su vez, envasadas al vacío, para evitar que desprendiesen ningún tipo de olor. En total, se incautaron más de 7.000 plantas en distintos puntos de crecimiento y 114 kilos de cogollos. Los establecimientos intervenidos, propiedad de los investigados, pero al margen de los policías, servían a los distintos franquiciados para blanquear los beneficios obtenidos de la droga.
15 detenidos ante la sorpresa de todos
En total, 15 personas quedaron detenidas, nueve de las cuales ingresaron en prisión provisional. Entre ellas, el ‘Titán’ y dos de los policías locales de Llinars. Con todo, se les investiga por varios delitos contra la salud pública, soborno, prevaricación administrativa, robo con fuerza, revelación de secretos, omisión del deber de perseguir delitos, defraudación del fluido eléctrico, torturas, falsedad documental, detención ilegal y pertenencia a organización criminal. Entre los 15 detenidos se encuentran, incluso, antiguos franquiciados, que ya participaban activamente con la trama dirigida por estos policías corruptos de Llinars.
Con todo, las detenciones, en especial la de los cuatro agentes, sorprendieron sobremanera tanto al alcalde del municipio, como al jefe de la Policía Local que, según el Inspector López Garzón, no se imaginaba nada. Si bien es cierto, por el pueblo corría el rumor de que el ‘Titán’ andaba metido en varios conflictos relacionados con el tráfico de marihuana, en especial por el alto nivel de vida que él y su hermano, también implicado, llevaban.