Sucedió el domingo a plena luz del día. Eran las 17.00 cuando, en el conocido barrio madrileño de Malasaña, ocho individuos ataviados con sudaderas negras y encapuchados con pasamontañas para ocultar sus rostros acorralaron en el interior de un portal a un joven. Primero, le produjeron un corte en el labio con una navaja, después, le grabaron con la hoja del cuchillo la palabra “maricón” en el glúteo.
Este salvaje ataque homófobo ha encendido todas las alarmas de la comisaría del Distrito Centro, que ha asumido la investigación de este caso para tratar de identificar a los ocho encapuchados cuanto antes. Tal y como ha adelantado Eldiario.es, fue la propia víctima la que se dirigió a la Policía Nacional para interponer una denuncia. El joven relató que, además de haber sido agredido físicamente, sus agresores lo insultaron y lo humillaron tildándolo de «maricón», «asqueroso» y «comemierda».
Además de los delitos de agresión y amenazas, castigados penalmente, los agentes investigan la brutal agresión como un delito de odio, tanto por los insultos proferidos a la víctima como por la palabra que marcaron en su piel. A estas horas, la Policía Nacional continúa visualizando las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la zona que, junto con el testimonio de la víctima, ayudarán a desenmascarar a los agresores del último episodio de homofobia en nuestro país.
Otro ataque homófobo en Toledo
La de este domingo no es la única agresión homófoba que se ha registrado durante el fin de semana. El sábado, otro chico fue golpeado por un grupo de personas en las fiestas del municipio de Velada, Toledo.
Tal y como ha explicado el joven a la Cadena SER, una chica lo increpó llamándole “maricón” y le dijo que “perdía aceite”. Una amiga de la víctima le recriminó a la agresora los insultos homófobos hacia su amigo. Fue entonces cuando un grupo de desconocidos se dirigieron hacia ellos en actitud violenta y la emprendieron a golpes con el chico. Su amiga, afortunadamente, pudo huir y esconderse antes de ser alcanzada por estos individuos. El chico, que perdió temporalmente la visión de un ojo debido a los puñetazos recibidos, ha confesado que durante la agresión temió que acabaran con su vida como lo hicieron hace dos meses con Samuel Luiz, el joven coruñés asesinado por su orientación sexual.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para dar con los agresores después de que la víctima haya presentado una denuncia, si bien esta ha reconocido haber tenido ciertas dudas por miedo a posibles represalias.
