En una zona asilvestrada, cerca de la Terminal 1 del aeropuerto Josep Tarradellas-El Prat, una patrulla de los Mossos d’Esquadra encontró este miércoles un cuerpo colgado en avanzado estado de descomposición. Para acceder al cadáver un equipo técnico de la policía catalana tuvo que arrancar la verja metálica que separaba el camino reservado para servicios del aeropuerto de la zona de cañas, arbustos y pequeños árboles, propia de la zona de los humedales del río Llobregat, que rodea el aeropuerto barcelonés.
Era Martín Ezequiel Álvarez Giaccio, el padre y asesino de Leo, el niño de dos años hallado muerto en la habitación 704 del Hotel Concordia de Barcelona el pasado 24 de agosto. El mismo que, tras matar a su hijo, huyó saltando por la verja de la piscina del hotel y de forma, creen los investigadores, poco premeditada se plantó en la T1 del aeropuerto de El Prat de donde se marchó a pie a los pocos minutos de llegar. Esa fue su última localización registrada, a partir de ese momento, nada.
El suicidio era la principal hipótesis
De hecho, ahora se ha podido saber que no se fue muy lejos: a escasos metros del acceso a la terminal, en las inmediaciones de la entrada al aeropuerto, es donde se halló su cuerpo en avanzado estado de putrefacción. Su estado hace creer a los investigadores que Martín Ezequiel pudo haberse quitado la vida la misma noche de los hechos y tras abandonar la terminal andando. Esta era la principal hipótesis que barajaban los agentes desde hace días, ya que el desaparecido no había dado señales de vida: ni movimientos de tarjetas o registros en hoteles, desde el día del crimen; ni tampoco había cogido ningún vuelo, y en el registro de su casa se encontró el pasaporte.
La comitiva judicial confirmó su identidad
A pesar de que los Mossos d’Esquadra estaban en un 99% convencidos de que el cuerpo pertenecía al del presunto parricida, la identidad no se pudo confirmar al 100% hasta media tarde, cuando la comitiva judicial encabezada por la juez de Instrucción 1 de L’Hospitalet de Llobregat procedió al levantamiento de el cadáver. El hallazgo se produjo un día después de que la madre del pequeño, que estaba en proceso de separación con Martín Ezequiel, difundiera una emotiva carta pidiendo justicia para su hijo. A pesar de la dureza de la situación, con el cadáver del sospechoso el caso se cierra aquí y ya no podrá ser juzgado por el atroz crimen del pequeño Leo.
Según las primeras informaciones policiales, tras encontrar el cuerpo: la manera como estaba colgado y el lugar, hacen pensar a los investigadores que no tenía intención de matarse, sino que la situación, después de los hechos, lo llevaron a este trágico final. Nunca se podrá saber si con su llegada al aeropuerto su intención primaria fue la de huir. Sea como fuese, el estado del cadáver hace pensar a los agentes de la División de Investigación Criminal de los Mossos que Martín Ezequiel se quitó la vida la misma noche que se la quitó a su hijo.