El Ministerio de Interior puso en marcha en 2018 el ‘Plan de Seguridad para el Campo de Gibraltar’. Una estrategia que conllevó una inyección adicional de efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la zona del Estrecho para combatir los elevados niveles de delincuencia organizada, dedicada principalmente al tráfico de hachís y cocaína.
Este plan se ha ido extendiendo en los últimos años a otras regiones de Andalucía. Sin embargo, el punto negro sigue estando entre Algeciras y La Línea de la Concepción (Cádiz), donde los grupos de narcotraficantes y contrabandistas de tabaco no temen a enfrentarse a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, convirtiendo este lugar, según fuentes policiales, en una especie de ‘narcoestado’.
Fuga histórica de más de 300 efectivos
Dicha inyección provocó la llegada de agentes de distintos puntos del territorio nacional, pero la presión, las amenazas y la falta de arraigo en el territorio tienen como consecuencia la fuga constante de efectivos que piden abandonar el Campo de Gibraltar. Las comisarías de Algeciras y La Línea suelen liderar esta huida de funcionarios que, según el sindicato Jupol, esta año ha batido récords históricos con la marcha de más de 300 agentes. Casi el cuarenta por ciento de las plantillas.
Hasta ahora, coincidía con el regreso de aquellos que vuelven a sus ciudades de origen, pero desde hace dos años, son policías naturales de la zona, que han desarrollado su carrera profesional en el Campo de Gibraltar, los que están solicitando cambios de destino. Algo, que “continua en aumento”, lamentan desde Jupol.
Falta de incentivos
El sindicato policial critica la inacción del Gobierno central desde que aprobó el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar en 2018. Por eso, solicita que se tomen medidas urgentes: como que se dote de un complemento económico a los policías destinados en la Comarca, se cubra el Catálogo de Puesto de Trabajo al 100%, se articulen los mecanismos necesarios para generar estabilidad en la plantilla y, sobre todo, se catalogue como Zona de Especial Singularidad.
De este modo, sindicatos policiales y el movimiento antidroga pretenden incentivar a los agentes destinados en esta zona, vía méritos y retributiva, para fomentar así su arraigo de los funcionarios y que la cadena de conocimiento no se rompa año tras año.