La sangre hallada en la pequeña embarcación localizada el miércoles a la deriva y propiedad de Tomás Gimeno, el padre desaparecido junto a dos sus hijas de 1 y 6 años desde hace ya una semana, no pertenece a las menores. Tras haber sido analizada en el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil y haber sido contrastada con muestras que se conservan de las menores, los resultados han concluído que se trata de sangre humana y que corresponde a Tomás Gimeno, según adelanta la Televisión Canaria.
Este nuevo avance alimenta la esperanza de que las pequeñas desaparecidas, Olivia y Anna, continúen con vida y que hayan sido secuestradas por su padre. Esta hipótesis es, de hecho, una de las principales líneas de investigación. Los agentes que se ocupan del caso se basan en los movimientos bancarios de Gimeno, ya que apenas 24 horas antes de desaparecer con las niñas realizó una transferencia entre sus cuentas de al menos 55.000 euros. La posibilidad de un suicidio tampoco encaja con las imágenes de las cámaras de videovigilancia del puerto y del testimonio del personal de seguridad que asegura que el padre cargó el móvil antes de zarpar. Por todos estos indicios, que apuntan a que podría haber huido con ayuda de terceros hacia otra isla del archipiélago o incluso a algún punto del continente africano, el juez ha imputado un delito de secuestro a Gimeno y se ha dictado una orden de búsqueda internacional.
Otras líneas de investigación
Sin embargo, es demasiado pronto para descartar otras hipótesis que tendrían como final un fatal desenlace. Por ese motivo, durante la tarde del lunes los investigadores volvieron a registrar el domicilio de Gimeno en busca de indicios que les conduzcan hasta el paradero de las niñas. Los agentes saben que fue allí donde pasó la última tarde con sus hijas, antes de que se les perdiera el rastro. Aunque no han trascendido más detalles, se les ha visto salir con algunas bolsas.
También continúan las labores de búsqueda en el mar. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) lleva casi una semana inspeccionando, sin éxito, el lugar en el que apareció la pequeña embarcación. Sin embargo, la profundidad del océano en esa zona imposibilita a los buzos el rastreo del fondo marino donde Gimeno podría haber arrojado algo usando como lastre el ancla, que no ha aparecido.
“Estoy segura de que están bien”
Mientras tanto, la madre de las dos niñas desaparecidas, Beatriz Zimmerman ha querido transmitir un mensaje de esperanza. “Manden mucha luz y amor a las niñas, que estoy segura de que están bien. No miren las noticias alimentando la mala energía, que todo el mundo piense que las niñas son una bonita luz que están protegidas y que en cuanto menos lo esperemos estarán jugando y corriendo felices” ha afirmado en un mensaje emitido por COPE Canarias.
Una semana desaparecidas
Anna y Olivia están desaparecidas desde el pasado martes después de que su padre, Tomás Gimeno, no las devolviera a su expareja, tal y como habían acordado. En lugar de regresar con las menores, Gimeno envió un inquietante mensaje a la madre de las pequeñas en el que decía “No volverás a ver a las niñas ni a mí tampoco”. Asustada, la mujer presentó una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil. Sin embargo, cuando los investigadores se pusieron en marcha, ya era demasiado tarde. Gimeno había zarpado en su pequeño barco desde el puerto la Marina Tenerife, poco después de la media noche, supuestamente con las dos niñas. Sin embargo, tanto el personal de seguridad como las cámaras de vigilancia desmontan esta hipótesis. Según ha detallado a EFE el capitán del puerto, Enrique Alonso, en las imágenes se ve a Gimeno solo, transportando bolsas y maletas de su coche a la embarcación. Pero ni rastro de las niñas.