La Policía Nacional lo detuvo por primera vez en junio de 2022 y se comprobó que carecía de la documentación necesaria para poder residir en territorio español. Entonces se inició el proceso de expulsión pero nunca llegó a ser devuelto a suelo marroquí
Yassine Kanjaa llegó a España hace seis meses. El joven, de 25 años y de origen magrebí, se instaló en Algeciras (Cádiz) de forma irregular y pronto su presencia llamó la atención de las autoridades. La Policía Nacional lo detuvo por primera vez el 16 de junio de 2022 con la finalidad de revisar si tenía los papeles en orden. Los agentes comprobaron entonces que el joven Kanjaa carecía de la documentación necesaria para poder residir en territorio español y la Brigada de Extranjería inició ya entonces los trámites para su expulsión.
Según El Confidencial, el proceso se ha ido alargando y el supuesto terrorista nunca llegó a ser devuelto a suelo marroquí. Tampoco ingresó en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde podría haber estado internado durante 60 días, el plazo máximo que la ley permite tener a un inmigrante ilegal retenido. Si en este plazo no se hubiese podido hacer la devolución, los internos quedan en libertad y el proceso continúa con ellos en la calle. En este caso, sin embargo, no consta ni siquiera que Yassine Kanjaa pisara el Centro de Extranjeros.
Aun así, según ha podido saber El Mundo, la Policía lo tenía controlado, pero al carecer de antecedentes delictivos únicamente podían vigilarlo.
El primer ataque se produjo en la parroquia de San Isidro
Por motivos que se desconocen, pues todavía no se sabe si se trata de un ‘lobo solitario’ o actuaba en nombre de una organización yihadista de mayor envergadura, durante la tarde de este miércoles Yassine sumió a la ciudad de Algeciras en un estado de auténtico pánico. Según ha podido ampliar El Mundo, el joven de 25 años se dirigió sobre las 18.00h a la parroquia de San Isidro. Allí inició una cruel discusión con el párroco de la iglesia y con varios feligreses, recriminándoles sus creencias religiosas. Abandonó el lugar entre gritos e insultos.
Una hora más tarde, sobre las 19.00h, regresó con un machete de grandes dimensiones y vestido con una chilaba. Se dirigió directamente hacia el párroco, se abalanzó sobre él y con el arma le hizo un corte en el cuello, hiriéndole de gravedad. Varias personas intentaron repeler el ataque y también resultaron heridas. El párroco Antonio Rodríguez fue ingresado en el hospital Punta de Europa, donde se encuentra estable.
Mató al sacristán Diego Valencia
A continuación, a gritos de ‘Ala es grande’, se personó en la iglesia de La Palma, muy cerca de la parroquia, en el corazón de Algeciras. En el interior de este segundo templo, empezó destrozó cruces e imágenes religiosas. El sacristán, Diego Valencia, trató de impedírselo y fue entonces que recibió la primera cuchillada. El religioso salió corriendo al exterior para pedir ayuda, pero el presunto terrorista lo alcanzó en la plaza Alta y le asentó varias puñaladas hasta acabar con su vida. Luego huyó, dejando el cuerpo de Valencia tendido en medio de la explanada.
Se investiga como atentado terrorista
Agentes de la Policía Local y la Policía Nacional consiguieron detenerle minutos después de los ataques y lo trasladaron hasta la comisaria de Algeciras. Ahí fue fotografiado y en su rostro se puede ver, incluso, una tímida sonrisa.
La Audiencia Nacional, que es la competente para instruir causas de terrorismo, se ha hecho cargo del caso. El Juzgado Central de Instrucción número 6 se encontraba de guardia cuando sucedieron los hechos, por lo que se hará cargo del procedimiento, investigado como un presunto atentado terrorista.