Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal presuntamente dedicada al menudeo de cocaína y a la explotación sexual de mujeres colombianas en pisos ubicados en la localidad de Blanes (Girona).
Prostitución y menudeo de cocaína
La investigación policial, que se saldó con cinco registros en domicilios y locales de la citada ciudad gerundense, ha permitido liberar a cuatro mujeres y detener a cinco personas, entre ellas a las dos cabecillas del entramado que ya han ingresado en prisión provisional. Las víctimas que vivían explotadas sexualmente eran mujeres muy jóvenes, en situación de extrema vulnerabilidad: eran captadas en Colombia y trasladadas a España con la falsa promesa de una vida mejor. Una vez en territorio español, les retiraban el pasaporte y las obligaban a ejercer la prostitución.
Paralelamente, se ha podido comprobar que los beneficios obtenidos por los explotadores, incluidos también los conseguían de la venta de cocaína, eran blanqueados a través de un bar y una tienda de alimentación.
Red de captación en Colombia
La investigación se inició en mayo de 2022, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de este entramado ubicado en la ciudad de Blanes.
Las víctimas eran captadas en su país de origen por el exmarido de una de las cabecillas de la organización, quien, además, se encargaba de aleccionar y facilitar el viaje a España de esas mujeres. Para ello, suministraban a las víctimas la documentación y el dinero necesario con el que simular un viaje turístico y no levantar sospechas ante las autoridades aeroportuarias.
Una vez en nuestro país, las mujeres eran trasladadas a los pisos de citas donde realizarían los servicios sexuales necesarios para saldar la deuda contraída con la organización. Esos servicios eran publicados en diferentes webs de contactos sexuales en los que aparecían teléfonos de contacto que eran atendidos por las propias explotadas.
“Mamis” y cámaras de vigilancia
Los pisos estaban gestionados por mujeres, las denominadas “mamis”, que se encargaban del buen funcionamiento de los burdeles, de la recepción de clientes y la contabilidad y control de los servicios sexuales realizados por las víctimas. Además, las “mamis” controlaban desde sus dispositivos móviles las cámaras de vigilancia instaladas en los pisos: extremo que les permitía tener un seguimiento constante del número de servicios realizados por cada una de las mujeres y un control absoluto sobre su libertad ambulatoria.
Cocaína y blanqueo
Las pesquisas realizadas por los agentes han permitido constatar que el entramado criminal no sólo se lucraba del ejercicio de la prostitución de las víctimas, sino que también obtenían importantes beneficios suministrando cocaína a los clientes que lo demandaban. Para blanquear esas ganancias ilícitas la organización utilizaba un bar y una tienda de alimentación, ambos negocios lícitos estaban regentados también Blanes por otra de las cabecillas.
En los cincos registros realizados en el operativo policial se han intervenido 3.000 euros en metálico, 21 dosis de cocaína y utensilios para su preparación, tres relojes de lujo, diversos dispositivos informáticos y abundante documentación relevante para la investigación.
