«Tú no eres un humano, tú eres un mono». «Puto negro de mierda». «Te voy a arrancar la cabeza». «Somos ordenados». «¿Tú has visto alguna vez al demonio tan cerca?» El audio difundido por SOS Racismo —grabado por Wubi, un joven de raza negra, de 21 años, en una detención— dura poco más de siete minutos, pero con los dos primeros hay más que suficiente.
Brutalidad policial y racismo, sobre todo, mucho racismo. Y aunque estos comentarios podrían haber sido grabados por unos ultras fascistas en los años 90, lamentablemente, los verbalizaron seis Mossos d’Esquadra, en enero de 2019, mientras detenían a Wubi.
Todos ellos, miembros de la ARRO, están siendo investigados por el juzgado, número 5, de Manresa (Barcelona) por un presunto delito de lesiones y otro contra la integridad moral. Este lunes, a través de la plataforma SOS Racismo, Wubi difundió su historia en pleno movimiento Black Lives Matter. Los hechos sucedieron en enero de 2019, en Sant Feliu Sasserra (Barcelona), cuando Wubi salía de su casa mientras la policía estaba interviniendo por un desahucio. Los agentes le tiraron al suelo, le golpearon y le insultaron.
Humillación expresa por su color de piel
El archivo grabado por el joven en el momento de los hechos es testigo de una actuación policial desproporcionada, en la que al arrestado se le insulta y humilla grave y expresamente por el color de su piel. «¿Lo haces porque soy negro? Sí». Entre golpes y gritos, los agentes reconocen abiertamente que son racistas: «Racista es poco, mono de mierda», «Somos ordenados», «Puto negro de mierda», le espetan uno a uno a Wubi, quien se entiende en el audio que restaba inmovilizado y sufriendo una crisis de ansiedad.
El testimonio de Wubi se hace viral pocos días después de que el jefe de los Mossos, Eduard Sallent, admitiera que existe un «sesgo étnico» en el campo de las identificaciones policiales. Sallent explicó que es una «tendencia que todas las policías tienen en las intervenciones públicas» y lo relacionó con los «procesos migratorios y la construcción de las sociedades diversas». Sallent negó que fuese una «actitud racista, voluntaria» y dijo que había que trabajar para corregirlo, con formación. «Es tremendamente ineficaz y tremendamente injusto», añadió.
Desde la plataforma antirracista, sin embargo, se lamenta que dicha actuación no es una consecuencia exclusiva de la ideología racista de los agentes, sino que «viene precedida por un contexto de carencia de mecanismos de control, impunidad, racismo y corporativismo policial».
Empujones, golpes, insultos y armas
Los hechos tuvieron lugar la tarde del 10 de enero de 2019, cuando el joven se disponía a salir de su casa justo cuando en el edificio donde vivía con otros amigos se estaba haciendo una intervención policial por desahucio. La entidad explica que, al llegar al párquing, un grupo de agentes de los Mossos entraron y le pidieron la documentación. Mientras le identificaban, uno de los agentes le preguntó si era el «jardinero» del edificio y «empezaron a tirarle bolsas de basura, empujarle, escupirle y propinarle golpes en la cabeza, mientras proferían insultos racistas».
Wubi, ante esta situación, huyó, momento en que un agente disparó un arma sin llegar a tocarlo, según SOS Racismo y como se expresa claramente en el audio. El joven llamó a sus vecinos para avisarlos, pero uno de los agentes se puso al teléfono y lo amenazó con ponerle una «orden de búsqueda y captura» si no volvía. Ante eso, el joven decidió volver, pero puso en marcha la grabadora del móvil. Según explica la entidad, cuando volvió al edificio, los agentes lo acusaron de haber pegado a un policía y lo llevaron al garaje, donde le tiraron al suelo, le golpearon con las botas en las costillas, le escupieron y le humillaron con insultos racistas.
A pesar de las súplicas, no pararon
En el audio, se percibe como el joven es inmovilizado en el suelo, mientras grita y suplica que dejen de pegarle, que él no ha hecho nada. Uno de los agentes se le acerca, le ordena que le mire a los ojos y le pregunta: «¿A que no has visto nunca el demonio tan cerca?». Otro se incorpora y le revela que ha sido él quien le ha disparado: «Porque he fallado, si no, te reviento las costillas».
El forcejeo y los golpes se prolongan durante más de un minuto. Él chilla y les pregunta por qué le tratan así. «Sois unos racistas. Es porque soy negro, ¿no?». «Soy racista, mucho. Racista no, lo siguiente», apuntilla un agente. Otro le corrige y dice que no es racista, que es «ordenado». Todo en un evidente tono de burla y humillación.
Mientras, Wubi entraba en un evidente ataque de ansiedad. Pero a pesar de las súplicas y de los sollozos, e incluso de llegar a decir que no podía respirar, los seis agentes investigados no cesaron.
Los agentes siguen trabajando
El Departamento de Interior que dirige Miquel Buch ha anunciado que cambia de destino a los policías, como medida cautelar, una vez se ha hecho público el audio. Hasta el momento, Interior no había tomado ninguna medida contra los agentes, aunque asegura que se abrió una investigación reservada, que quedó paralizada al iniciarse la investigación judicial, que sigue abierta.
De hecho, según informa el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), el denunciante ya declaró y ratificó la denuncia y los seis investigados fueron citados a declarar en el juzgado el pasado mes de octubre de 2019 y se acogieron a su derecho a no declarar.
Con todo, el joven, que ahora vive en Sabadell (Barcelona), ha aprovechado las protestas por el asesinato de George Floyd, que ha desencadenado uno de los movimientos antirracistas más secundados en todo el mundo al grito de Black Lives Matter (Las vidas negras importan), para contar su historia porque, ha dicho, «esto no ocurre fuera, sino en España».
Y el alcalde de Premià…
En plena polémica por las actuaciones racistas y desproporcionadas hacía los colectivos migrantes, este lunes, el alcalde de Premià de Mar (Barcelona) en referencia a la actuación de una ‘patrulla ciudadana’ contra un piso okupado por MENA, asegura que: «en algunos medios he oído que ha habido un ataque racista. Nosotros no lo queremos calificar de esta manera. Es un ataque contra presuntos delincuentes, ya sean blancos, sean negros o sean rojos. Aquí no tenemos que mezclar una situación racista de ninguna manera».
Sin embargo, ha denunciado la actuación y ha aprovechado para reclamar más dotaciones de Mossos d’Esquadra en el municipio costero. Ha concluido asegurando que la situación en la que se encuentran los jóvenes migrantes es un conflicto pendiente de solucionar y ha acusado a la Generalitat de abandonarlos cuando llegan a la mayoría de edad.