Una bala perdida. Esa es la principal hipótesis que barajan los investigadores que, desde la madrugada del domingo al lunes, analizan la escena del crimen. Los agentes se lo encontraron muerto, con un disparo en el cuello y completamente solo. Pero saben que cuando la bala atravesó el pescuezo del hombre de 40 años, la víctima estaba pinchando música para un número indeterminado de asistentes. Era el DJ de una fiesta ilegal organizada en un chalet de lujo de la conocida urbanización Guadalmina Alta, en Marbella.
Aunque la policía sabe que la fiesta se produjo durante la tarde-noche del domingo, según las declaraciones de los vecinos, los agentes no tuvieron noticias de lo sucedido hasta bien entrada la madrugada. Una llamada alertó sobre las tres de la mañana a los servicios de emergencia sobre el posible fallecimiento de una persona en el interior de un chalet en el que se habría producido un tiroteo. Cuando los agentes llegaron a la vivienda, acompañados del SAMUR, se encontraron el escenario de una fiesta, pero ni rastro de los asistentes. En la casa desierta yacía el cuerpo sin vida del pinchadiscos.
Una discusión que terminó en tiroteo
Las primeras hipótesis, tras el exhaustivo análisis del escenario del crimen y del estudio de la trayectoria que dibujó la bala, apuntan a que el proyectil salió de una habitación contigua a la que se encontraba el DJ, donde hubo una reyerta que acabó con tres disparos. Una de las balas se habría desviado, con tan mala fortuna, que habría conseguido atravesar una pared e impactar, de forma accidental, en el cuello de la víctima. Ahora, los agentes se esfuerzan en localizar a las personas que se encontraban en la fiesta en el momento del trágico deceso para identificar al autor o autores de los disparos. Su testimonio podría arrojar luz sobre esta noche de celebración que, por causas que todavía se desconocen, terminó en tragedia. Por el momento no hay ningún detenido relacionado con este caso y la investigación continúa abierta bajo secreto de sumario.