Una banda de ladrones robó un alijo de marihuana que se encontraba custodiada por la Guardia Civil, en una nave industrial de la localidad madrileña de Arroyomolinos. Los delincuentes, conocedores de la función de dicho local, asaltaron la nave de madrugara y sustrajeron hasta 2.000 kilos de marihuana, que trasladaron a un taller de su propiedad. Sin embargo, poco les duró el botín a estos avispados ladrones, pues el olor que desprendía la droga les situó, de inmediato, en el punto de mira de la Benemérita.
Los ladrones violaron la vigilancia policial
Parte de la droga robada había sido interceptada a principios de noviembre en el interior de un camión que circulaba por el kilómetro 40 de la A-5. El vehículo transportaba 700kg de marihuana que fue custodiada en el interior de la mencionada nave industrial, junto con otras incautaciones anteriores. Se trataba de un espacio del Ayuntamiento de Arroyomolinos que se cedió a la Guardia Civil, mientras se realizaban los trámites con el Juzgado.
Este Consistorio cedió la instalación con la condición de que los agentes del Instituto Armado se encargaran de la vigilancia y seguridad del recinto. Y así fue como la Guardia Civil instaló varias cámaras de videovigilancia en la nave para poder controlar la marihuana, pero esta banda ladrones, encapuchados, entraron de madrugada en el recinto y se llevaron la droga sin que los agentes se dieran cuenta. Entonces se inició una investigación para recuperar el alijo y detener a los ladrones.
El olor de la marihuana les delató
Las pesquisas dieron sus resultados y, finalmente, agentes del Instituto Armado lograron recuperar los 2.070 kilogramos de marihuana que había sido sustraída del “almacén” y detener a cinco personas por el delito contra la salud pública, por tráfico de drogas. En el marco de esta investigación, los agentes de la Unidad de Investigación de Arroyomolinos localizaron un taller de coches situado en el polígono industrial de Valdefuentes, del cual emanaba un fuerte olor similar al de la marihuana, sospechando que en el interior pudieran ocultar algún tipo de plantación.
El avance de la investigación permitió conocer que hasta el citado taller acudían diferentes hombres con antecedentes con bastante frecuencia, permaneciendo en el interior varios de ellos cortos periodos de tiempo, incluso en horario no comercial. Por todo ello, los guardias civiles hicieron una inspección en su interior, encontrando 57 cajas de cartón de grandes dimensiones que contenían una sustancia herbácea y que por sus características y olor podría tratarse de cáñamo y marihuana.
Por todo ello, los agentes procedieron a la detención de cinco personas, cinco varones con edades comprendidas entre los 31 y los 37, algunos de ellos con numerosos antecedentes, y a quienes por estos hechos se les imputan un delito contra la salud pública, por tráfico de drogas. La droga pesaba un total de 2070 kilogramos, pudiendo haber alcanzado en el mercado los 3.751.461 euros.