Lo aconsejaron los psicólogos que han tratado a las dos niñas. La Dirección General de Prisiones no vio motivo alguno para impedir el encuentro. Rubén, el padre de las niñas, ex marido de la agente de la Guardia Urbana, Rosa Peral, no puso impedimento después de dos años de negarse al encuentro.
La cita se produjo tal y como marca el reglamento penitenciario: en unas dependencias de la cárcel de Wad Ras, donde Peral esta ingresada de forma preventiva, en presencia de la madre de Rubén y de un educador del centro penitenciario.
Reunión cordial
Según fuentes
penitenciarias, el encuentro fue “especialmente cordial, cariñoso, emotivo y
jovial”. Durante más de una hora, Rosa Peral, rió y jugó con las niñas (juegos
a los que se unió la madre de Rubén y abuela de las menores) en un clima de
absoluta normalidad y calidez.
Durante dos años (los que lleva Rosa Peral en prisión preventiva, imputada junto a Albert López, por la muerte de su novio, el también policía, Pedro Rodríguez), el padre de las niñas se había negado a estos encuentros. Trascurrido ese tiempo, y tras el consejo de los psicólogos, ha accedido a esta cita que, a buen seguro y en buena lógica, debe de ser la primera de otras que se produzcan antes del juicio, previsto para principios de año.
Malas relaciones
Rubén ha mantenido, desde el inicio de esta causa, relaciones más que tensas con la familia Peral, accediendo a que las niñas pudieran ver a sus abuelos maternos, pero no a los encuentros con ella en prisión.
Cabe recordar que Rubén denunció a su exesposa porque dijo que tenía información, según la cual, Rosa Peral, 15 días después de ingresar en la cárcel, había contratado, a través de dos reclusas, a un sicario para que le matara. La Justicia tramitó la denuncia y concluyó que la información que había llegado al exmarido de Rosa Peral era poco menos que una milonga. Archivó la causa.
Han pasado los meses y ahora, Rubén, de sospechar que su expareja le quería matar, no sólo ha accedido al encuentro con sus hijas, sino que ha solicitado que su madre —la abuela paterna de las niñas— estuviera en esa reunión. Así fue. Ocurrió a finales de julio, en un encuentro que resultó “altamente positivo, cordial y emotivo” entre todos los que participaron.
Ningún trauma
Fuentes de la familia Peral han explicado que las niñas desean retornar pronto a las citas con su madre, tras el primer encuentro en el que no se habló absolutamente de nada de lo actuado en el procedimiento judicial, y mucho menos sobre lo acaecido el día 1 de mayo de 2017 —cuando desapareció Rodríguez— en la casa de Peral, en Cubelles (Barcelona).
La actual pareja de Rubén declaró que, aquel día, las niñas, traumatizadas, habían visto a su madre ensangrentada, nerviosa y arrastrando el cuerpo de Pedro Rodríguez (pesaba más de 100 kilos).
El testimonio
indirecto de las niñas ha sido munición incriminatoria para el fiscal.
A tenor del
cariz de la reunión mantenida entre madre e hijas (con dos testigos) y,
sobretodo, a partir de la actitud de las niñas, no da la sensación de que las menores
sufran ningún tipo de trauma, ni que ninguna imagen dolorosa —en la línea de
los aseverado por su madrastra— emergiera en la reunión.
Hoy martes, está
previsto que, Peral y sus hijas se vuelvan a encontrar en la prisión.