La Policía Local de Málaga detuvo este martes a un hombre, sobre el que pesaba una orden de alejamiento, después de que su víctima publicara un vídeo en directo en Instagram en el que se podía observar que la estaba agrediendo.
El hombre, de nacionalidad española, ha sido detenido acusado de un delito de violencia de género, quebrantamiento de condena y resistencia a agentes de la autoridad, según ha informado la Policía malagueña. El suceso tuvo lugar este lunes, sobre las 16.17 horas cuando se publicó un vídeo en directo vía Instragram en el que se podía observar que una mujer estaba siendo agredida por su expareja, imágenes que llegaron al servicio de Psicología de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Málaga.
La mujer tenía asignada protección
Asuntos Sociales contactó con agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga, que comprobaron que se trataba de una víctima que tenía asignada protección, medida preventiva otorgada por un Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Irún, en vigor desde el pasado, 14 de mayo de 2020.
Los agentes comprobaron que estaban en su domicilio y se desplazaron de inmediato, aunque pese a estar ocupada nadie abría la puerta ni contestaba a las llamadas telefónicas que realizaban a la víctima y al presunto autor.
Pasados unos veinte minutos, desde Asuntos Sociales volvieron a contactar con los agentes para hacerles llegar un nuevo vídeo emitido en directo en el que se podía oír a los policías locales llamando a la puerta y el hombre le hacía señas a la víctima para que estuviese callada.
Los agentes decidieron derribar la puerta
Ante el delito flagrante que se estaba cometiendo y el evidente peligro que la víctima pudiera correr, se comisionó a un indicativo del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local de Málaga, que procedió a derribar la puerta del inmueble.
Los agentes localizaron, en primer lugar, a una mujer de 19 años que resultó ser compañera de piso de la víctima, pero que no había abierto la puerta porque se encontraba muy asustada e intimidada.
En otra habitación, que estaba cerrada, se encontraba el presunto agresor, que tuvo que ser reducido tras intentar agredir a los agentes. En una inspección ocular, los policías locales encontraron un cuchillo de cocina con una longitud total de 24 centímetros y un cinturón fracturado en un mueble que se encontraba tras la puerta.