Ocurrió en el barrio de Beraun, de Rentería (San Sebastián). La Policía Local renteriana consiguió encerrar en una calle sin salida a un joven conductor que hacía caso omiso de las peticiones de los agentes. Tras verse acorralado, no se dio por rendido y, durante varios minutos intentó escapar, embistiendo al coche patrulla y a los vehículos estacionados.
Durante el cerco policial, varios agentes golpearon con sus porras las ventanillas del vehículo e intentaron abrir las puertas, pero no había manera: el conductor seguía con su intención de escapar a embestidas con su coche.
Finalmente, el individuo tiró la toalla y bajó del vehículo para encararse con un agente, antes de que le empezaran a llover golpes para detenerlo. Parece que no le sentó demasiado bien el confinamiento por el coronavirus.