El atraco tuvo lugar el 6 de octubre de 2018 en una joyería del Eixample de Barcelona. Poco después de las diez de la mañana, dos hombres con buena presencia entraron en el establecimiento y se hicieron pasar por clientes, con la particularidad de que uno de ellos iba en silla de ruedas y simulaba de este modo una discapacidad inexistente.
Los ladrones hicieron creer que querían adquirir un reloj de alta gama y durante un rato les mostraron algunos. Entonces, en el momento que vieron que uno de los dos empleados se quedaba solo momentáneamente, los asaltantes pidieron si les podían proporcionar un vaso de agua, como maniobra de distracción. Con este pretexto aprovecharon el momento en el que los trabajadores estaban en la zona del almacén para abordarlos por sorpresa y amenazarles con una pistola cada uno. Los atracadores se llevaron joyas y relojes por valor de 1.300.000 euros.
Una vez ya se habían apoderado del botín ataron los dos empleados de manos y pies con bridas y se fueron de la joyería. Afuera los esperaban dos cómplices para huir en dos motocicletas.
La gravedad de los hechos, la especialización y el tipo de establecimiento asaltado, comportó que la investigación fuera asumida desde un inicio por la Unidad Central de Atracos. En mayo de 2019, la identificación de un hombre de 39 años y de nacionalidad argentina que fue detenido por un delito de apropiación indebida, permitió a los investigadores relacionar uno de los objetos que llevaba encima, un reloj valorado en 5.000 euros, con uno de los que se sustrajeron de la joyería. Las pesquisas pusieron de relieve que era el encargado de vender los objetos que habían robado en la joyería.
La banda de los Dogo
Se da la circunstancia de que este individuo es dueño de una joyería en Buenos Aires (Argentina) que utiliza para vender piezas de joyería sustraídas en España. Los investigadores pudieron conectar al arrestado con el último miembro operativo y residente en Catalunya de la peligrosa banda de los Dogo. Se trata de un grupo de atracadores de joyerías que fue desarticulado en el año 2012, por los mismos investigadores, y que conllevó la detención de todos sus integrantes.
Sin embargo, al salir de la cárcel, tres de los integrantes de la banda formaron sus propios grupos para continuar con la actividad delictiva. En los últimos años, dos de los tres grupos nuevos que se formaron a partir de la banda original, volvieron a ser desarticulados por la Unidad Central de Atracos, tras cometer nuevos atracos a joyerías. Con esta última operación, se desarticula el tercer grupo operativo de aquel activo grupo de atracadores. Además de los robos violentos en joyerías, también habían protagonizado homicidios y enfrentamientos armados con la policía en Argentina y en Uruguay.
La investigación, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 31 de Barcelona, finalizó con la identificación y detención del organizador del asalto, uno de los dos autores materiales del atraco, así como de otros investigados por blanqueo de capitales, tráfico de drogas y falsificaciones documentales. El atracador que iba en silla de ruedas y que simulaba tener una discapacidad murió en Uruguay pocos meses después del robo, como consecuencia de una enfermedad.
No sólo joyas
Durante la investigación, se pudo saber que el jefe de la organización, entre otras actividades delictivas, también se dedicaba a la venta y distribución de grandes cantidades de cocaína. Por este motivo, en un complejo dispositivo policial para evitar que se pudiera relacionar con la investigación principal del atraco, se pudo frustrar una venta de cocaína y se intervino dos kilos doscientos gramos de cocaína y se arrestó al comprador .
El dispositivo policial se materializó el día 19 de noviembre. Se llevaron a cabo dos entradas y registro en los domicilios de los principales investigados, en las localidades de Vallirana y de Santa Coloma de Gramenet, y se realizaron las detenciones de los investigados. Entre el material intervenido, se recuperó una de las motocicletas utilizada en el atraco a la joyería.
Durante la investigación se ha podido acreditar un importante incremento patrimonial de los detenidos, fruto de las ganancias obtenidas durante el atraco. La persona que organizó el atraco cambió de domicilio, adquirió vehículos de alta gama y llevaba un ritmo de vida muy elevado, en relación con sus ingresos. Este investigado y su pareja no disponían de ninguna cuenta bancaria a su nombre, y utilizaban el de su hija de dieciséis años para hacer todos los pagos, donde se pudieron demostrar más de 60.000 euros en compras. Para ocultar todas estas ganancias, utilizaban testaferros. Los vehículos y la documentación relacionados con el delito de blanqueo de capitales también fueron intervenidos durante los registros.
Los arrestados pasaron a disposición judicial y el juez decretó prisión para tres de los detenidos, uno de ellos, el autor material del atraco, y libertad con cargos para los otros siete.
La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones.