El séptimo detenido por su presunta implicación en la agresión a una joven de 18 años en Sabadell se encuentra, junto con los otros 6 implicados, en dependencias de los Mossos d’Esquadra.
Según ha podido saber eltaquigrafo.com, “los agentes trabajan a contrarreloj para poder cerrar el atestado y así que los detenidos pasen a disposición judicial”.
Estas mismas fuentes reconocen que, cerrar el atestado policial, está siendo “una tarea muy complicada” pues con la última detención tuvieron que volver a reconstruir los hechos y esclarecer, de nuevo, el grado de participación de cada uno de ellos en la agresión.
El último de los sospechosos fue reconocido por la víctima y está acusado de ser uno de los autores de la violación. Durante el día de ayer se llevó a cabo la rueda de reconocimiento y “si todo va bien, pasarán a disposición judicial a lo largo del miércoles”, tal como ha afirmado una fuente del caso a este medio.
Atención a la víctima
Fuentes de la política catalana han confirmado a eltaquigrafo.com que, además de trabajar en el atestado y en esclarecer los hechos, también se está haciendo un trabajo de atención a la víctima.
La joven de 18 años denunció el pasado domingo una violación múltiple en una fábrica abandona del barrio de Can Feu en Sabadell. Mientras tres de los detenidos la agredían, los otros no impidieron la violación. Los hombres tienen entre 21 y 53 años y son todos de origen marroquí.
Por su lado, el Ayuntamiento de Sabadell ya anunció el domingo que atendría psicológicamente a la joven y, junto con los Mossos, está trabajando el servicio de atención a las mujeres del municipio (SIAD).
La nave abandonada
Según ha publicado el diario El País, “la basura se come la planta baja de la nave donde presuntamente atacaron a la joven”. Tres de los arrestados vivían normalmente en la gigantesca nave de una antigua empresa textil en la calle de Germans Farguell.
La policía catalana registró también otro almacén ocupado, aunque más pequeño, a dos calles de la nave principal.
El Ayuntamiento lleva meses a la espera de que el juez dicte una orden de desalojo del lugar, después de que la nave se vendiese a la inmobiliaria Solvia, y esta presentase una denuncia.