Violencia machista en Arbúcies: La familia, convencida de que fue un asesinato

Sandra llevaba doce años de relación con el padre de su hijo | Imagen cedida
photo_camera Sandra llevaba doce años de relación con el padre de su hijo | Imagen cedida
Fuentes de la familia de Sandra Pérez han asegurado a El Taquígrafo que su marido la maltrataba física y psicológicamente de forma reiterada. El pasado mes de enero, ella no aguantó más y abandonó el domicilio conyugal.

El lunes 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, Sandra Pérez fallecía en la localidad de Arbúcies (Girona) tras haberse precipitado desde el balcón de su casa. Su muerte, aparentemente accidental, pasó inadvertida para los medios de comunicación. Su nombre tampoco fue coreado en los homenajes improvisados en calles y balcones ataviados con pañuelos morados.

Sin embargo, fuentes cercanas a la familia de Sandra Pérez han trasladado a este medio que no tienen dudas de que su muerte se trata de un asesinato a manos de su expareja, que responde a las iniciales F.B.V.. Así lo han declarado fuentes de su entorno más próximo a eltaquigrafo.com, que aseguran que Sandra llegó a presentar, al menos, diez denuncias en los últimos años por agresiones físicas y psicológicas reiteradas por parte de su exmarido. Las mismas fuentes han reconocido que el grado de subyugación emocional de la mujer la llevaba a retirarlas a los pocos minutos, horas o días de presentarlas. 

Sandra llevaba 12 años casada con su presunto maltratador y, fruto de esta tormentosa relación, habían sido padres un niño, ahora de 11 años. La dependencia emocional y la preocupación por el bienestar del hijo que tenían en común le impedía enfrentarse a él por los cauces legales. Ella prefería, como así consta en las denuncias a las que ha tenido acceso este medio, solucionar sus desavenencias de forma amistosa. Sin embargo, su expareja, detenido en varias ocasiones por delitos contra la salud pública, utilizaba la custodia del menor, sobre la que no había ningún convenio regulador establecido, para herirla. Las denuncias recogen, además, que F.B.V. la insultaba, la amenazaba y ejercía sobre ella un férreo control. Por todos estos motivos, los servicios sociales del consistorio seguían su caso muy de cerca como posible víctima de violencia de género. Sin embargo, la intervención del ayuntamiento, las múltiples llamadas a la Policía Local y a los Mossos d’Esquadra y las visitas al médico con cuadros de ansiedad y de desórdenes alimenticios que la incapacitaban para realizar su trabajo con normalidad y que escondían un profundo sufrimiento detrás, no fueron suficientes para amparar a una mujer que vivía, desde hace años, al borde del precipicio. 

El pasado mes de enero, Sandra no aguantó más la situación que sufría en el ámbito conyugal y, con ayuda de su hermana, se trasladó a Barcelona para iniciar una nueva etapa y desembarazarse de la relación tóxica y terriblemente dolorosa que mantenía con el padre de su hijo. Sandra quería encauzar su nueva vida lejos de su maltratador. Por eso, su familia no entiende qué hacía el pasado lunes en el que había sido su domicilio conyugal y del que había huido apenas dos meses antes del fatal desenlace. 

Tal y como ha adelantado TV3, el ayuntamiento de este municipio de la comarca de La Selva, que tenía constancia del maltrato al que vivía sometida Sandra, solicita que su muerte se contabilice como un caso de violencia machista. El consistorio exige que, con los antecedentes de la víctima, se abra una investigación judicial que arroje luz sobre los últimos minutos de vida de Sandra. Sin embargo, al cierre de esta información, los Mossos d'Esquadra han confirmado que no hay ningún detenido en relación a este caso.

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