La sentencia afirma que el crimen se cometió por motivos económicos
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha dado a conocer hoy la sentencia del caso de Carmen Merino, en la que se la considera culpable de asesinar, decapitar y hacer desparecer el cuerpo de su pareja, Jesús María Baranda. Todo excepto la cabeza, que se la envió a una amiga mediante un paquete postal.
Homicidio agravado
La sentencia considera a la mujer autora de un delito de homicidio con el agravante de parentesco y la condena a la pena máxima prevista para este delito, 15 años de prisión, tal como solicitaba la Fiscalía. Además, en concepto de responsabilidad civil, se le impone el pago de una indemnización de 18.000 euros para el hermano de la víctima y de 20.000 euros para cada uno de sus dos hijos.
Asesinato por dinero
Según la sentencia, habría sido el móvil económico apreciado por el jurado la razón del crimen. Aunque la acusada no dio ninguna explicación en las dos semanas que duró el juicio, el juez explica en la sentencia que se puede deducir que la mujer, que era la heredera universal del fallecido y a la que había legado la vivienda en la que ambos residían, una vez obtuviera una declaración civil de ausencia de su pareja, "pudiera dejar el cráneo de la víctima en algún lugar fácilmente localizable transcurrido un tiempo" para obtener de ese modo una confirmación de la muerte de él, sin esperar a los plazos de la declaración de fallecimiento , 10 años, y poder cobrar así su parte de la herencia.
Aunque las pruebas contra Merino son numerosas, su defensa ha anunciado que recurrirá esta sentencia ante el Tribunal Supremo.
