La Sala de Jurado de la Audiencia de Barcelona ha acogido este jueves la segunda sesión del juicio contra Alba A. e Ismael M. Hoy ha sido el turno de ella, de la acusada de inducir a su amigo Ismael a que matara a su padre en junio de 2019. Aunque la fiscal del caso está convencida de que Alba A. fue la inductora del asesinato de Manuel, el padre de Ismael, con el objetivo de obtener dinero de su familia, la joven ha negado cualquier vinculación, manteniendo que sus intenciones “siempre fueron buenas” y nunca se aprovechó de la vulnerabilidad de Ismael.
A lo largo de su declaración, que se ha alargado durante más de tres horas, la acusada ha negado que manipulara a su examigo para conseguir dinero de su familia, ha negado que indujera a Ismael a cometer el crimen, ni le diese instrucciones de cómo hacerlo.
Para Alba sólo existe un culpable: Arnau
Su discurso se ha desmoronado en varias ocasiones. Sollozando ha negado los hechos y ha señalado a su expareja, a Arnau, como artifice de toda la trama ficticia de mafiosos y policías que condujo a Ismael M. a entrar en un auténtico delirio psicótico, creyendo que su propio padre era un peligro para él y su familia. “Yo no le dije ni que su padre, ni que sus amigos formaban parte de una mafia”, ha asegurado ella en todo momento.
De hecho, ha llegado a afirmar que ella también se creyó toda la trama criminal ideada por Arnau. “Yo sabía lo mismo que Ismael, yo no daba las órdenes, las daba Arnau. Me llegué a creer que la mafia existía”, ha dicho entre lloros.
Sólo reconoce haberle dado vida a ‘Júlia’
Lo único que ha confirmado es que participó en darle vida al personaje de “Júlia”, una joven que, según ella, fue ideada por Arnau, pero que crearon para subirle el ánimo a Ismael, amigo de ambos. “Arnau se lo inventó para subirle la autoestima a Ismael al creer que tenía novia. Mis intenciones siempre fueron buenas y yo nunca involucré a ‘Júlia’ con la trama de los Mossos y la mafia. Eso también lo hizo Arnau”.
Y es que, según ha explicado la joven ante el tribunal, ambos, ella y Arnau, encarnaban el personaje de ‘Júlia’. “Yo solo mantuve conversaciones de pareja. Normales. Él me contaba sus inquietudes y yo le escuchaba. Fue Arnau quien involucró a ‘Júlia’ en todo este entramado de mafiosos y también quien pensó lo del embarazo”. Según ha explicado ella solo encarnaba ese papel de forma puntual, cuando Arnau no podía “porque estaba jugando a la play”.
La mafia y las demás mentiras
Llegados a este punto, cabe recordar, que según el relato del Ministerio Fiscal, opuesto radicalmente al ofrecido por la acusada, ésta convenció a Ismael para que entrara a formar parte de un grupo de investigación ficticio de los Mossos d’Esquadra que luchaba contra varias mafias y organizaciones criminales en la zona de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Siendo estas mentiras, la mafia, su amor virtual con ‘Júlia’, los desencadenantes del brote psicótico grave que sufrió Ismael derivado de una esquizofrenia paranoide latente, pero que nunca antes se le había manifestado.
Alega que sentía miedo: estaba maltratada
Alba ha asegurado que le siguió el juego a Arnau por miedo. “Arnau me amenazaba y me sigue amenazando” ha dicho visiblemente emocionada. “Me maltrataba y me pegaba con un látigo si le llevaba la contraria”. Nunca denunció los hechos. Ni siquiera ahora en el juicio. Asegura que tiene mucho miedo: “Arnau me amenaza cuando me ve por la calle, él o sus amigos”.
En este sentido, Alba se ha definido como una persona con muchas inseguridades, víctima de violencia de género por parte de Arnau y de bullying en el colegio. Argumentos con los que justifica sus dificultades para gestionar las mentiras y la situación que, según ella, Arnau provocó entre la primavera de 2018 y el día de los hechos, en junio de 2019.
Varias piezas que no encajan
Posteriormente, la acusada ha entrado en contradicción hablando del resto de personajes que se inventaron para darle credibilidad a la trama: además de ‘Júlia’, Xavi, un mossos que les ayudaba, o Clàudia, una psicóloga. Aunque a preguntas del Ministerio Fiscal ha asegurado no conocer nada de eso, en el turno de la defensa de Ismael, ha dicho que “a Xavi sí lo recordaba”.
Por otro lado, tras un año de amor, de la primavera de 2018 a la de 2019, Arnau y Alba dejan la relación. En ese momento, la pareja e Ismael vivían los tres juntos en la casa de los padres de Arnau. Alba e Ismael abandonaron el hogar cuando la ruptura se impuso. “Como ni yo ni Ismael queríamos estar en casa de nuestros padres es cuando alquilamos una casa en Calafell”.
En este sentido, Alba no ha sabido responder por qué su amigo no quería vivir con sus padres. En todo momento ha negado conocer los problemas que había entre Ismael y su familia. “Le intenté preguntar muchas veces, pero se ponía nervioso y me cambiaba de tema” ha asegurado, negando que conociese el miedo que sentía Ismael por su padre, derivado de la trama de mafiosos que se habían inventado y en la que lo habían involucrado.
Pero ¿qué pasó cuando Arnau y Alba lo dejaron?
Sin embargo, las mentiras no finalizaron con la ruptura de Alba y Arnau. Todo lo contrario. Se intensificaron. “Se me hizo como una bola de nieve. Hablé con Arnau para decir la verdad sobre 'Júlia', parar con las mentiras y para que asumiésemos la responsabilidad. Arnau me dijo que no y me pegó. A mí se me hizo bola, yo no encontraba la forma de actuar y parar todo esto”.
Además, la acusada ha dejado a toda la sala boquiabierta cuando ha asegurado que Arnau “no sé cómo, pero se hizo con el control de todas las funciones de mi teléfono móvil”. Alejando así su responsabilidad de perpetuar las mentiras sobre la trama, que eso corría a cargo de Arnau, siendo ella responsable únicamente de perpetuar el personaje de ‘Júlia’ tras la ruptura.
Ha insistido que nunca supo los miedos de Ismael, ni que creía que su padre formaba parte de una peligrosa mafia. Negando, así, que manipulara a Ismael para que matara a su padre.
Niega haberle dado orden alguna a Ismael para que matara a su padre
Sobre el día de los hechos, el 8 de junio de 2019, cuando Ismael asesinó a su padre, preso de un brote psicótico derivado de esta situación de mentiras y paranoias, la acusada niega dos de las tres llamadas que constan en este sentido. Ha insistido que Arnau podía tener acceso a su teléfono y ser él quien mantuviera esas dos llamadas que no recuerda a su terminal.
Ella solo confirma una. “Ismael me llamó al mediodía del 8 de junio y me dijo que estaba lleno de sangre y que lo había matado. No me especificó a quién. Le dije que se relajara y que volviese a casa”. Asegura que se enteró de que Ismael había matado a su padre por una noticia de los medios que le mandó Arnau. Con este argumento, la acusada ha querido desvincularse de la acusación de la fiscal y la defensa de Ismael que aseguran que en las llamadas previas a los hechos le dio instrucciones de cómo matar a su padre y en la posterior, la única que reconoce, de cómo deshacerse del cuerpo.
Y ¿sobre la presunta estafa?
Paralelamente, en relación con la acusación de estafa --Alba recibió más de 7.000 euros en varias transferencias—la acusada ha asegurado que Ismael le dio el dinero de forma voluntaria y para sufragar los gastos del piso en alquiler que tenían en Calafell. “Yo no tenía solvencia para alquilar una casa y él me dijo que podía conseguir ese dinero. No me dijo que se lo pedía a sus padres. Estuvimos de acuerdo en que yo le devolvería mi parte en efectivo cuando pudiese”, ha relatado. Negando, de este modo, que engañara a Ismael con supuestos cursos de ciberseguridad que iba a impartir un mosso del supuesto grupo de investigación al que pertenecían.
También ha negado que le dijese que tenía que matar a su padre para recuperar 20.000 euros que le tenía que ingresar para “saldar una deuda” con la supuesta mafia.
Varios presentes en la sala la tachan de mentirosa
En la Sala se encontraban varias personas cercanas a los acusados. Observándolas se veía como de vez en cuando se llevaban las manos a la cabeza, mientras susurraban que todo lo que relataba la acusada eran mentiras. El grupo de jóvenes, que han preferido no especificar de qué conocían a los acusados, han asegurado a los medios que Alba es una manipuladora, y que Ismael no ha sido la única persona a la que ha inculcado mentiras sobre sus amigos a familiares, asegurando que la acusada ha repetido el mismo patrón, pero con otras mentiras, con otros amigos, incluso parejas y exparejas. Sin embargo, tendrá que ser el Jurado Popular quien dirima entre la inocencia o culpabilidad de la acusada, creyéndose o no sus argumento.