La Audiencia provincial de Girona establece que haber mantenido una relación sentimental previa no es prueba de consentimiento posterior.
Un hombre ha sido condenado a 5 años de cárcel por violar a su expareja en Empuriabrava (Girona) el 10 de mayo de 2018. Agresor y víctimas continuaban conviviendo después de su ruptura sentimental. Por ese motivo la sentencia de la Audiencia provincial de Girona recoge que “la víctima trazó una "línea roja" que el procesado debía respetar cuando le dijo que no quería tenía relaciones”, y el condenado no la respetó.
Haber tenido una relación no significa tener “carta blanca”
Lo más novedoso de esta sentencia es que el tribunal deja claro que “no podemos achacar a las personas con una historia afectiva o sexual compartida una especie de carta blanca de consentimiento", lo que supone que el consentimiento de la víctima sigue siendo la piedra angular de los delitos sexuales, sin importar las circunstancias previas.
En este caso, los hechos probados establecen que el acusado regresó al piso tras pasear al perro y, cuando vio a la mujer en el sofá, se sentó a su lado y empezó a hacerle tocamientos. Hizo caso omiso a su negativa y la violó. Como consecuencia del ataque, la mujer sufre una afectación psicológica compatible con estrés postraumático.
Una “suerte de juego sexual”
En el juicio, el procesado reconoció que la víctima le dijo que no quería y que aquello era una violación, pero argumentó que era una suerte de juego sexual porque era una fantasía que ella tenía. Sin embargo, el tribunal no se cree estas explicaciones y sostiene que la víctima trazó claramente una "línea roja" que el condenado no debería haber cruzado en ningún momento: "Esta negativa, que ninguna de las partes pone en duda, es una línea roja que el acusado no podía traspasar de ninguna forma. No le resultan necesarias más explicaciones".
La fiscalía y la acusación particular, encabezada por el letrado Benet Salellas, pedían 12 años de cárcel para el acusado Raphaël Poulille. La defensa sostenía que habían sido relaciones sexuales consentidas y solicitaba la absolución. Finamente ha sido condenado a 5 años de cárcel.