Este lunes ha empezado en la Audiencia de Barcelona el juicio contra Juan Cortés y sus dos presuntos cómplices, Daniel G. (alias 'Jaro') y Carlos Alberto M. (alias 'Camarón'), por el asesinato de Juan Pita, el padre de quien había sido pareja de Cortés durante un año. Los hechos sucedieron la madrugada del 12 al 13 de enero de 2018 en Santa Perpetua de Moguda (Barcelona).
Según consta en los escritos de acusación, tanto de la Fiscalía como de la acusación particular, los tres acusados, con el único propósito de atentar contra la vida de Juan Pita, se desplazaron hasta la chabola donde éste residía y la quemaron con él en su interior. Todo ello, bajo un plan premeditado y orquestado por Juan Cortés con el objetivo final de perjudicar a Andrea Pita, hija de la víctima y su expareja. De hecho, en este sentido, la letrada de acusación particular ha bautizado este caso como un “asesinato vicario”, es decir, matar a alguien para perjudicar de manera directa e intencionada a una tercera persona.
18 años de prisión vs prisión permanente revisable
A pesar de solicitar penas diferentes, la letrada de la acusación (en defensa, principalmente, de los derechos de Juan y Andrea Pita) al igual que el representante del Ministerio Fiscal coinciden en apuntar que hay indicios suficientes como para creer que Cortés, acompañado de sus dos amigos, acabó con la vida de su exsuegro, siendo todos ellos, plenamente conscientes del delito que estaban cometiendo. Muestra de ello, han adelantado en la primera sesión, son los mensajes de texto que recibió la propia Andrea minutos antes del suceso. En ellos, Cortés amenazaba con matar a su padre si ella no volvía con él.
Sin embargo, mientras que la Fiscalía solicita 18 años de prisión para cada uno ellos, por un delito de asesinato con alevosía, al entender que Juan Pita no pudo defenderse; la acusación, más contundente, pide la prisión permanente revisable para Juan Cortés. Su argumento se centra en la vulnerabilidad que presentaba la víctima, diagnosticado de una discapacidad por sus prolongados problemas con el alcohol y las drogas.
Las defensas piden su absolución
Muy contrario a las acusaciones, las defensas han pedido la absolución de los tres acusados. Sus argumentos giran en torno a los problemas de drogadicción y alcoholismo que padecen los tres acusados desde su adolescencia. Problemas que según los letrados mermaron sus capacidades volitiva e intelectiva la madrugada de los hechos. Consideran, además, que su bajo coeficiente intelectual les condujo a llevar a cabo una acción de la que no se pueden considerar culpables dados los factores psíquicos e intelectuales que los anteceden.
Concretamente sobre Juan Cortés, su abogado ha argumentado que sufre un trastorno de conducta inherente de una persona que lleva años drogándose y que, además, su impulsividad, así como su alteración psicótica de carácter ansiolítico, paranoico e irritable le impidieron tener un control de sus facultades la noche de los hechos.
Además, han coincidido los tres letrados de la defensa, ninguno de los tres sabía a ciencia cierta si realmente Juan Pita estaba en el interior de la chabola esa noche.