Como se esperaba, el juez de lo Penal, número 9, de Málaga, ha ratificado el acuerdo alcanzado este lunes in extremis por las partes personadas en la muerte del pequeño Julen, en la finca de Totalán. En menos de 30 minutos, el juez ha dictado sentencia. Ésta incluye un año de prisión para David Serrano, dueño de la finca donde estaba el pozo por el que cayó el menor —prisión que podrá evitar al carecer de antecedentes—, así como el pago de una indemnización de casi 180.000 euros a Victoria García y José Roselló, los padres del menor.
Además, también se notifican a pagar otros 663.982,45 euros a la Junta de Andalucía. Son los términos que habían acordado este lunes las partes y que ha aceptado, este martes, el acusado, serio en todo momento, reconociéndose culpable del accidente que acabó con la vida del pequeño.
Las partes no recurrirán la condena
La condena considera probado un delito de homicidio por imprudencia grave, pero el Ministerio Fiscal y la acusación particular —ejercida por los padres— han aceptado rebajar la pena hasta un año de prisión, por la existencia de dos atenuantes principales. El primero, que Serrano ya ha hecho una «reparación parcial» de la indemnización, ingresando, este lunes, 25.000, de los casi 180.000 euros que debe pagar a los progenitores —el resto se hará en cuotas de 50 euros al mes—. El segundo, es el reconocimiento tardío de los hechos. «Quiero pedir perdón a los padres por el daño ocasionado. En ningún momento quise que al niño le pasara nada», ha declarado Serrano. Las partes también se han comprometido a no presentar recurso a la condena.
En la sentencia, que es firme después de que las partes hayan mostrado su intención de no recurrirla, el juez ha explicado que no le considera «peligroso» criminalmente hablando y que su paso por prisión no va a determinar que modifique su conducta. Sin embargo, la suspensión de la pena va ligada a una serie de requisitos: no volver a delinquir durante dos años, comunicar cualquier cambio de domicilio y comparecer en el juzgado para informar de su situación económica para que continúe con su esfuerzo reparador, cara a la responsabilidad civil que se le ha impuesto.
«Pido perdón de corazón»
A la salida del tribunal, Serrano ha indicado a los periodistas que el perdón que ha pedido a los padres ha sido «de corazón» y ha indicado que el acuerdo alcanzado entre las acusaciones y la defensa ha sido fruto de un acercamiento a la familia. «Arrancando desde que fue todo un accidente, tampoco han estado las partes muy alejadas», aseguró. «La condena la voy a llevar de por vida, más allá de lo que diga el juez», concluyó Serrano.
La abogada de los padres, Antonia Barba, también afirmó que el acuerdo evita igualmente más sufrimiento a los padres durante el juicio. Fue una conversación de tres horas, mantenida entre José Roselló y David Serrano, el pasado jueves, la que cerró el pacto. La buena sintonía entre los padres y el acusado se comprobaba minutos antes del inicio del juicio, cuando mantenían una conversación e incluso entraban juntos a la sala 4 de la Audiencia Provincial de Málaga.
El pocero también estuvo presente
También compareció, aunque finalmente no tuvo que declarar, el pocero que llevó a cabo la perforación de una profundidad de 100 metros por la que se precipitó Julen, poco antes de las 14.00 horas del domingo, 13 de enero de 2109. Serrano había contratado sus servicios, sin tener en cuenta ninguna de las ordenanzas que regulan esta actividad, para que buscara agua en la finca de Totalán que acababa de adquirir.
En fase de instrucción, el pocero declaró que una vez comprobada la inexistencia de agua en la finca tapó la boca del pozo con una gran piedra que alguien removió posteriormente. Serrano, por su parte, acusaba a este profesional de haber dejado la abertura sin cubrir y que fue él quien colocó dos bloques de hormigón para sellar la boca del pozo.