La Audiencia Nacional juzgará a tres miembros de la célula terrorista de los atentados de Barcelona del 17-A. El juez, José Luis Calama, ha dictado el auto de conclusión del sumario por los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils (Tarragona) del 17 y el 18 de agosto de 2017, y lo ha elevado a la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, para la celebración del juicio oral.
Dos de los acusados, Mohamed Houli Chemlal y Driss Oukabir, serán juzgados por delitos de integración en organización terrorista y fabricación, tenencia y depósito de explosivos, así como por estragos en grado de tentativa, y el tercero, Said Ben Iazza, por colaboración con las actividades de la organización terrorista. También indica el auto que no han sido procesados los encausados Mohamed Aalla y Salh el Karib.
En el auto de procesamiento, se explica que, tanto en el caso de Aalla, con cuyo Audi se atentó en Cambrils, como en el del propietario del locutorio de Ripoll, Said el Karib, no existe mayor vinculación con la célula que el hecho de que el primero es hermano de dos de los terroristas y el segundo compró con su tarjeta un billete de avión a otro, como hacía con otros clientes que no tenían tarjeta.
Instrucción cerrada, a la espera de juicio
Cerrada la investigación, se envía el sumario a la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y se emplaza a las partes a pronunciarse en un plazo de diez días.
Mohamed Houli Chemlal y Driss Oukabir se encuentra en prisión provisional desde agosto de 2017, al ser detenidos días después de los atentados, y Said Ben Iazza, desde septiembre de aquel año. A los dos primeros se les considera miembros de la célula yihadista de Ripoll (Girona) que perpetró los atentados en las Ramblas de Barcelona y en el Paseo Marítimo de Cambrils. En esta nueva fase, las acusaciones populares podrán volver a pedir a la Sala que modifique el procesamiento, que ha sido respaldado por la Fiscalía.
Estas acusaciones, entre las que figuran la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), la Asociación 11M Afectados del Terrorismo o el sindicato de los Mossos d'Esquadra USPAC, han tratado sin éxito que se les declarara también cooperadores en delitos de asesinato consumado y en grado de tentativa al entender que, pese a no haber participado directamente, conocían los preparativos de la célula.
Una vez se dicte el auto de apertura de juicio oral, se daría de nuevo traslado a las partes para que presentaran sus escritos de calificación.
Todo comenzó con Es Satty
En el auto de procesamiento, se explica que la célula de Ripoll comenzó a ser adoctrinada mucho antes de lo que se pensaba, en 2015, por el imán, Abdelbaki Es Satty, muerto en Alcanar (Tarragona), el día antes de los atentados, en una explosión fortuita, mientras manejaba explosivos. Pero no llega a conclusiones sobre sus conexiones internacionales, más allá de que mientras Es Satty estaba en Bélgica, se atentó contra el aeropuerto de Zaventem y que, seis días antes de los atentados del 17-A, Youness Abouyaaqoub —autor del atropello de La Rambla, abatido en Subirats (Barcelona) cuatro días después— y Omar Hichamy —muerto en Cambrils— compraron en París dos tarjetas de teléfono para usar a partir del día 15.
A lo largo de la instrucción, no se ha encontrado dato alguno que permita afirmar que Es Satty fue confidente del CNI. Solo se han podido acreditar los encuentros que tuvo con él el CNI, mientras estuvo preso en Castellón por un asunto de drogas, informan fuentes jurídicas.
Al frustrarse el plan, improvisaron
Según el auto de procesamiento, el grupo de jóvenes de Ripoll, bajo la dirección espiritual de Es Satty, «se conjuraron para realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones mediante el uso de artefactos explosivos, a fin de coadyuvar a la estrategia terrorista de la organización terrorista» Estado Islámico. La explosión de Alcanar frustra el plan original y Abouyaaqoub, al enterarse en una gasolinera por Hichamy, se dirige a Barcelona para cometer el atropello de las Ramblas, en el que mueren 14 personas y 128 resultan heridas. Los otros cinco terroristas compran cuchillos y, a la una de la madrugada del día 18, atentan en Cambrils, donde muere una mujer. Como todo apunta a que estos actos se improvisaron, el juez no procesa por ellos a Oukabir ni a Houli, circunstancia que contó con la oposición de las asociaciones de víctimas personadas como acusación.
Entre los escombros de Alcanar, apareció un vídeo en el que se veía cómo fabricaban explosivos y anunciaban un atentado, y se hallaron fotografías de «lugares susceptibles de ser objetivo»: Port Aventura (Tarragona); plaza de Catalunya, la Torre Agbar y el Camp Nou, en Barcelona; la Torre Eiffel y Toulose, en Francia; y el estadio Santiago Bernabeu y el Museo Thyssen, en Madrid. Hicieron 125 búsquedas en internet de la Audiencia Nacional; 106, de la tomatina de Buñol (Valencia); 219. del embalse de Riudecanyes (Tarragona) y 104, de la Alhambra de Granada.
En Alcanar almacenaban entre 200 y 500 kilos de explosivos, 19 artefactos improvisados tipo granada de mano y una faja bomba. El juez añadía las 104 bombonas encontradas, con las que los terroristas pretendían «amplificar el efecto del explosivo», creando «bolas de fuego». Según los peritos, «tal cantidad de material de tal potencia destructiva, de llegar a ser utilizado para atentar en lugares o monumentos con gran afluencia de público, hubiera provocado unos daños de enormes dimensiones».