La sala de apelaciones de lo civil y penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha confirmado la condena de 27 años de prisión para el hombre que mató a su expareja a golpes el día que la mujer cumplía 21 años. El acusado, J.A.D.R., que además quebrantó la orden de alejamiento que la víctima había interpuesto contra él, acabó con la vida de la mujer en presencia del hijo menor de ambos, la noche del 2 de agosto de 2019, en casa de ella en el Hospitalet de Llobregat.
Con el auto emitido este jueves por el TSJC, el alto tribunal catalán confirma así la sentencia que el pasado mes de marzo dictó el tribunal del jurado de la Audiencia de Barcelona por los delitos de asesinato, violencia en el ámbito familiar e incumplimiento de condena.
Indicios de una muerte perversa
Los hechos se remontan al verano del año 2019. Después de varias denuncias cruzadas y de la imposición de una orden de alejamiento, la noche del 2 de agostos, tras varias días juntos, el acusado agredió con mucha violencia a la madre de su hijo menor hasta acabar con su vida. Debido a la brutalidad de las heridas sufridas, el TSJC ha determinado que ve “claros indicios” de una muerte “perversa” que dejaron a la víctima agonizando, sin que el acusado le proporcionara asistencia médica alguna. Finalmente, la joven murió en el hospital.
Así pues, a pesar de tener pleno conocimiento de que no podía acercarse a la mujer por la orden de alejamiento impuesta, la noche de autos el acusado pasó la noche en casa de su exnovia en el Hospitalet de Llobregat. En un momento dado, después de beber y celebrar el 21º aniversario de la víctima, J.A.D.R. “la golpeó con extrema violencia por todo el cuerpo con puñetazos y patadas”, causándole diversas lesiones en la cabeza, tórax, abdomen y extremidades que le causaron la muerte. El tribunal considera que el acusado la agredió “con la intención de acabar con su vida o, al menos, siendo consciente de que la muerte sobrevendría como consecuencia natural de su acción”.
Una relación llena de tormentos
La víctima, una chica de 21 años en el momento de la muerte, y su expareja, habían iniciado dos años atrás una relación sentimental en el Perú, país del cual los dos son originarios. La relación, de la cual nació un hijo, continuó cuando se trasladaron hasta Catalunya, concretamente a l'Hospitalet de Llobregat. Tal y como confirman los jueces, ya desde el inicio de la relación el acusado presentaba una actitud compatible con la de un agresor machista, ya que el carácter de él era "sumamente dominante, violento y agresivo", así como celoso.
Frecuentemente, el acusado sometía su pareja a un trato "degradante y humillante", del cual se derivaron múltiples agresiones físicas y violencia psíquica. Llegando al punto, en agosto del año 2018, que la joven interpuso una primera denuncia contra su pareja por maltratos; en junio del año siguiente, interpuso otra, motivo por el cual el juez falló una orden de alejamiento al acusado.
