Crimen Guardia Urbana: Albert, narcisista e histriónico; Rosa, evitativa y perfeccionista

Rosa Peral y Albert López ambos acusados del crimen de Pedro Rodríguez
photo_camera Rosa Peral y Albert López ambos acusados del crimen de Pedro Rodríguez
Los psicólogos y psiquiatras forenses determinaron que la lectura de los rasgos de personalidad más marcados de los acusados debe realizarse de una forma global, entendiendo sus antecedentes personales y el contexto en el que fue realizado el informe, bajo una situación de privación de libertad.

La jornada de este martes en el juicio por el «crimen de la Guardia Urbana» vino marcada por la declaración de los psicólogos y psiquiatras forenses públicos que evaluaron el estado mental de los acusados, y también del psicólogo privado contratado por la acusada.  En términos generales, se pudo conocer un poco más sobre los rasgos de personalidad que caracterizan a cada uno de los encausados, remarcando el carácter «histriónico y narcisista» de Albert López y los rasgos «evitativos, perfeccionistas y compulsivos» de Rosa Peral. 

Para llegar a dichas conclusiones, los sospechosos de la muerte de Pedro Rodríguez fueron entrevistados y tuvieron que realizar un test de personalidad, cuyos resultados ofrecieron un acercamiento a los rasgos más significativos del perfil de cada uno de ellos. Este informe complementario permitió llegar a la conclusión de que ninguno de los dos acusados padece o ha padecido ningún trastorno de la personalidad, ni ninguna patología psíquica o disfunción que alterase o limitase sus capacidades intelectivas y volitivas, es decir, de saber lo que se hace y querer hacerlo. 

Narcisista, histriónico y compulsivo 

Según los resultados extraídos del informe realizado a Albert López, los peritos públicos determinaron que sus rasgos más significativos de personalidad eran los narcisistas, histriónicos y compulsivos. Este perfil, siguiendo un patrón general de conductas, suele necesitar presentar constantemente una buena imagen de uno mismo; suelen ser personas con dificultades para identificar problemas, muy intensos e incluso manipuladores para conseguir aquello que quieren. 

La combinación de los rasgos narcisista e histriónico puede conllevar a que la persona, de forma generalizada, tenga conductas agresivas. Aun así, han concretado que se trata de un patrón general y que esta agresividad no tiene porque darse, pero sería compatible con estos rasgos en particular. 

Además, han determinado que, en relación con la situación actual del acusado, en prisión provisional y privado de libertad, no presentaba signos compatibles con la ansiedad ni la depresión. Los psicólogos han remarcado constantemente la importancia de hacer una lectura global de los resultados, teniendo en cuenta el contexto en el que han sido tomadas las muestras. 

Evitativa y compulsiva

Por otro lado, los peritos, tanto los públicos como el privado, determinaron que Rosa Peral era una persona evitativa y compulsiva, entendiendo este último concepto como una persona perfeccionista, dogmática e, incluso, indecisa. Estos rasgos, entendidos bajo un patrón general, dan un perfil de persona más bien pacífica, con miedo a ser humillada, con temor a ser dañada por terceras personas, con necesidad de recibir la aprobación social, además de muy organizadas y en ocasiones rígidas. 

Por lo tanto, se descarta que a priori se trate de una persona manipuladora, fría y calculadora como se había apuntado desde la instrucción. A preguntas de los miembros del jurado popular sobre por qué los acusados se muestran pasivos ante las imágenes que se han mostrado durante el juicio, los peritos apuntaron que podría ser por dos motivos: por un lado, porque nos encontremos ante personas frías y, por otro, como un escudo a modo de actitud defensiva, planteamiento que podría encajar con el perfil de Peral. 

Alto nivel de ansiedad 

Llamaron la atención los elevados índices de ansiedad que presentaban los informes de Rosa Peral. Este índice podría justificarse, según el parecer de los peritos públicos, como una consecuencia de su estado de privación de libertad en prisión. Sin embargo, los peritos privados consideran que, a raíz del deseo de proteger a sus hijas, Peral desarrolló «una limitación de la capacidad de hacer autónoma y libremente», dadas las amenazas que vivió, según su versión, por parte de Albert López. Estas amenazas podían haber conllevado, según el perito, a una situación prolongada de ansiedad. 

Recordaron, por otro lado, que durante la explicación de los hechos, la actitud de Albert fue más bien escéptica, mientras que la de Rosa fue totalmente pasional, emotiva y emocionada. Albert insiste también en que solo es un encubridor de los hechos y que si no llamó a la Policía fue porque Rosa se lo pidió. Según su versión, Rosa le llamó «histérica», diciéndole que había pasado algo, sin especificar el qué, y que cuando él llegó ya estaba todo hecho. 

Por otro lado, Rosa insiste en defender que obró así para proteger a sus hijas y que si no denunció fue por el miedo que sintió por parte de Albert. Si no se sintió segura, aun teniendo protección 24 horas, fue, según ha dejado entrever su abogada, porque sus hijas no estuvieron con ella todos los días, al compartir custodia con su exmarido.

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