La autopsia al cuerpo de Pedro Rodríguez no pudo determinar cómo murió. Ninguna de las seis hipótesis planteadas por el representante del Ministerio Fiscal, Félix Martín, pudo ser confirmada por los médicos y antropólogos forenses encargados de realizar la autopsia del cadáver. La falta de información deducida de los restos de Pedro, totalmente carbonizados y parcialmente destruidos, no ha permitido determinar ninguna de las teorías planteadas y, por lo tanto, sigue sin resolverse uno de los principales interrogantes del caso: ¿cómo murió Pedro Rodríguez?
El fuego se lo llevó todo por delante, y determinar si murió estrangulado —como se planteó en un inicio—, por arma blanca o por un golpe, ha resultado imposible. El fuego borró todas las pistas y solo han podido confirmar que tenía dos fracturas en la base del cartílago tiroides, en el cuello. Aun así, aunque se ha confirmado que hubo una manipulación del cuello de la víctima, no han podido determinar si dicha manipulación se produjo antes o después de su muerte. Por lo tanto, no pueden saber si murió estrangulado.
Las seis posibles maneras de morir
El fiscal planteó, durante la sesión de este lunes —en la recta final del juicio—, seis hipótesis que no pudieron determinarse. La primera de ellas tenía que ver con la posibilidad de que Pedro muriera tras un disparo. Aunque pidieron analizar el índice de plomo en los restos hallados, para saber si la supuesta bala había dejado restos de este material en el cuerpo, el resultado no fue concluyente, ya que la alimentación y la contaminación también pueden dejar rastros de plomo en el cuerpo.
Por otro lado, también se plantearon muertes por arma blanca, por envenenamiento, a consecuencia de fuertes golpes, estrangulamiento o por una combinación de, mínimo, dos de las opciones anteriores. Para todas ellas, la respuesta fue la misma: «No se pudo determinar, el fuego lo borró todo».
¿Qué respuesta dan a las gotas de sangre?
Los forenses explicaron que las gotas de sangre pertenecientes a la víctima y halladas en la habitación de la planta baja, donde presuntamente se cometió el crimen, fueron el resultado de una salpicadura directa del arma del crimen, y no una proyección procedente del cuerpo ensangrentado de la víctima. Apuntaron, también, que en el supuesto de haber muerto por estrangulamiento —como se apuntaba en instrucción—, las gotas de sangre serían poco compatibles con esta hipótesis.
Matizaron, por otro lado, que en el caso de haberse producido un ataque, debería haber habido más sangre. Sin embargo, no se pudo determinar que la habitación fuese pintada o limpiada a fondo los días posteriores al crimen.
Muerte de causa homicida
Por cómo encontraron el cadáver de Pedro, «totalmente calcinado y parcialmente destruido», los forenses han podido determinar de manera objetiva que se trató de una muerte violenta de causa homicida. Y, aunque no se puede determinar cómo murió Pedro, en cualquier caso, confirman que hubo una manipulación del cuello que causó dos lesiones en el cartílago tiroides. Se ha podido determinar, también, que murió antes de ser calcinado.
Tampoco se ha podido determinar si antes de fallecer tomó o no ansiolíticos. Fue imposible de concretar, dado el estado del cadáver, se justificaron los forenses. La defensa de Rosa Peral también preguntó por la posibilidad de que Rosa hubiese trasladado por sí sola el cadáver del cuerpo de Pedro sin ayuda, a lo que los especialistas aseguraron que sería muy poco probable dada la diferencia de peso y masa muscular.
Encarando la recta final
Durante la sesión de este lunes, en la sexta semana de juicio, se exhibieron al jurado fotografías de lo que quedó del cadáver calcinado —hallado en el maletero del coche de la víctima—, donde se puede observar parte del cráneo, de los brazos, la columna seccionada y la cadera, además de la tibia y el peroné.
El miércoles y el jueves, previsiblemente, será el turno de las declaraciones de los dos acusados, Albert López y Rosa Peral, para quien la Fiscalía pide 24 y 25 años de prisión, respectivamente, al ser, presuntamente, coautores del asesinato con alevosía del novio de ella, Pedro Rodríguez, con agravante de parentesco para ella. A pesar de entrar ya en la recta final del juicio, sigue sin resolverse el móvil del crimen y cómo murió la víctima.