Crimen Vilanova: “ojalá el miedo no te deje vivir nunca más”

Imagen de archivo de los Mossos custodiando a Juan Francisco López Ortiz tras la tarde del 4 de junio de 2018   /   EFE
photo_camera Imagen de archivo de los Mossos custodiando a Juan Francisco López Ortiz tras la tarde del 4 de junio de 2018 / EFE
Los padres de Laia, la víctima, han declarado ante el tribunal y visiblemente emocionada, Sonia López, la madre, ha interpelado directamente al acusado deseándole una larga y miserable vida. También han declarado los tíos de Laia, quienes hallaron el cadáver.

Laia llegó a Vilanova y la Geltrú (Barcelona) con 14 meses. La trajeron desde China que estaba muy débil, desnutrida y sin a penas movilidad. Pronto, con el apoyo incondicional de sus padres adoptivos, Jordi y Sonia, la pequeña Laia se recuperó y empezó a hacer vida normal. Era una niña alegre, divertida, muy responsable y, aún más, cariñosa. No se iba con desconocidos, no era una niña problemática, obedecía siempre y su comportamiento fue siempre muy bueno. Por eso, para el padre de Laia, no encajaba que la niña se pudiese haber sido sola de casa de sus abuelos. Aun así, padres, tíos, abuelos y familiares de la pequeña empezaron a buscarla la tarde del 4 de junio de 2018 cuando, saliendo de casa de los abuelos paternos, desapareció…

Este martes, durante la segunda sesión de la vista oral contra el asesino confeso de Laia, Juan Francisco López Ortiz, los padres de la menor de 13 años han respondido a las duras preguntas del Ministerio Fiscal, la acusación y la defensa. Visiblemente emocionados, han querido dejar constancia de que es imposible que la pequeña accediera al inmueble del acusado (como sostiene su defensa) por su propio pie. Han insistido en que tuvo que ser él, plenamente consciente de lo que estaba haciendo, quien la introdujo en el domicilio donde presuntamente la violó, para matarla luego.

La niña, como ha quedado probado, salía de casa de sus abuelos paternos para reunirse con su padre, cuando, por razones que tratan de esclarecerse en este juicio, terminó en el inmueble de los padres del acusado. Horas más tarde sus tíos, que también han declarado este martes en la Audiencia de Barcelona, la encontraban muerta y ensangrentada bajo un colchón de dicha vivienda.

“Ojalá el miedo no te deje vivir nunca”

Ambos progenitores han protagonizado momentos de mucha tensión contra la defensa y el propio acusado. Ambos se han disculpado luego por su actitud. Sonia, la madre, ha sido la más dura. Cuando ha terminado su intervención, sin titubear ni un poco, y mirando fijamente a López Ortiz (que ha permanecido las 4 horas de juicio con la cabeza agachada) Sonia le ha deseado una larga y miserable vida. “Ojalá que el miedo no te deje vivir nunca más; espero que vivas muchos años y todos ellos con miedo, como lo tuvo que vivir mi hija, muriéndose contigo encima, oliéndote…. Espero que el miedo no te deje vivir nunca más”.

La declaración de los progenitores ha abierto la sesión de este martes en la que también han participado los tíos de la víctima y otros vecinos y conocidos del barrio y de la familia. Mientras que la estrategia de la fiscal y del abogado de la acusación se centran en demostrar que el acusado actuó conscientemente y sin alteraciones en sus facultades cognitivas; la defensa pretende demostrar que el consumo excesivo de alcohol y drogas le indujeron en un estado de paranoia que desencadenó la muerte de la pequeña Laia.

“No podéis pasar, no están mis padres”

Cuando los tíos de Laia, Antonio y Ricardo, empezaron a preguntar puerta por puerta, acompañados de una patrulla de Mossos, por si sabían algo de la pequeña, les llamó mucho la atención la actitud de indiferencia del detenido. Ambos han asegurado que no lo vieron bajo los efectos del alcohol, ni las drogas. Más bien todo lo contrario, lo vieron tranquilo, indiferente y con comentarios infantiles o inapropiados para la situación que se estaba viviendo. Se fueron del lugar, pero nada convencidos de su relato inicial los dos tíos volvieron a la vivienda.

Tras verbalizar varias excusas para impedir que entraran a revisar el piso, entre ellas asegurar que no podía dejarles pasar porque no estaban sus padres… López Ortiz accedió a que los dos hombres, tíos de Laia, ya sin compañía de la policía catalana, accedieran al inmueble. Ricardo, el hermano de Sonia, se quedó con él, Antonio, hermano de Jordi, hizo la revisión ocular. Todo parecía estar en su lugar… pero, al entrar en la última estancia, justo la que estaba enfrente del recibidor, sitió un escalofrío.

La estancia en cuestión estaba a oscuras, solo iluminada por la luz de la entrada. Vio unas manchas en la pared, pensó que era pintura. Tocó la mancha y estaba húmeda. Encendió la luz y vio que era sangre, sangre húmeda. La cama estaba completamente abarrotada de cosas. Varios objetos, sin ningún tipo de orden, habían sido colocados encima de ese colchón antiguo. Antonio retiró varios de esos objetos y tras levantar el colchón…. encontró el cuerpecito de Laia, amoratado, semi desnudo y ensangrentado.

López Ortiz se derrumbó tras el hallazgo

El tío paterno, enfurecido, se abalanzó sobre él, exigiéndole explicaciones. Fue el tío materno quien los separó. Juan Francisco entonces se derrumbó y empezó a repetir una y mil veces que “él no había sido”. Inmediatamente llegaron los agentes de los Mossos d’Esquadra que se lo llevaron detenido.

Los vecinos que han participado en la sesión de este martes recuerdan a López Ortiz en un estado “normal” y no percibieron que pudiese estar bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Sin embargo, su defensa insiste, y así lo ha verbalizado en todos los interrogatorios, que su cliente no era consciente de lo hacía. En este sentido, el magistrado presidente, ha tenido que recordar en varias ocasiones lo que se está enjuiciando y es precisamente: en qué estado cometió el asesinato el acusado y si hubo contenido sexual antes del crimen.

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