REPORTAJE

David Vargas, el excura estafador de ancianas, no se libra de entrar en prisión

David Vargas, el excura de Sant Vincens de Castellet  (Barcelona) /  Archivo
photo_camera David Vargas, el excura de Sant Vincens de Castellet (Barcelona) / Archivo

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a tres años de prisión a David Vargas, el expárroco investigado por estafar a feligresas, y que falseo una boda entre dos octogenarios para lograr una herencia en Barcelona

El insólito caso del expárroco David Vargas salió a la luz con su detención en 2019. En ese momento, el religioso ya llevaba años alejado de la Iglesia, ya que fue expulsado de la institución sagrada en 2013. Aunque se sospechaba que Vargas se aprovechaba de la fe de algunas feligresas para estafarlas, el joven párroco fue apartado tras la denuncia que un anónimo presentó contra él y que incluía una imagen en la que se le podía ver en actitud erótica, vestido con un albornoz, junto un joven desnudo.

Siguió haciéndose pasar por párroco

Su despido de la fe cristiana fue fulminante. Sin embargo, David Vargas siguió en contacto con algunas de las feligresas que conoció en Sant Vicens de Castellet (Barcelona) durante los seis años que estuvo ejerciendo de cura. Y, por supuesto, siguió con sus presuntos tejemanejes, ahora a la espera de juicio, con el objetivo de engañar a pobres ancianas que habían depositado en él su fe y confianza.

Durante esos años, hasta su detención, Vargas siguió haciéndose pasar por cura cuando ya había sido expulsado de su último destino en Sant Vicenç de Castellet, donde además del asunto de índole sexual protagonizó varios escándalos: como falsear una boda para cobrar una herencia.

Una maleta con 3,5 millones

En el registro de uno de los pisos de Barcelona, Vargas guardaba numerosas joyas, obras de arte, un arma de fuego e incluso de lingotes de oro. Los Mossos d’Esquadra no daban crédito a lo encontrado. El hombre fue detenido. Admitió que todo había habido sido un error y se comprometió a devolver parte del material recibido a algunas de sus víctimas.

 Los investigadores precintaron un piso en Gràcia y una masía en Sant Vicenç de Castellet, inmuebles cedidos por una de sus víctimas. Dentro guardaba una auténtica colección de objetos religiosos de distinto valor, pero faltaba el dinero. El hombre quedó en libertad con cargos. Y los mossos siguieron buscando. Fue entonces cuando dieron con un sacerdote que acabó reconociendo que guardaba, desde hacía años, las maletas con el dinero de Vargas: ni más ni menos que 3.500.000 de euros en efectivo.

Falseó una boda por una herencia

Al día siguiente, Vargas se tiró de un puente de la ronda de Dalt con la idea de suicidarse. Tras un mes hospitalizado, el falso cura ingresó en prisión, aunque más tarde salió en libertad a la espera de juicio. Entremedio de esta macro causa, que incluye decenas de víctimas, se conocieron otros casos protagonizados por este expárroco estafador. En 2021 fue juzgado en la Audiencia de Barcelona por falsear los papeles de una boda entre dos octogenarias, uno de ellos ya difunto.

Los hechos sucedieron entre 2008 y 2009, cuando una viuda de más de 80 años acudió a Vargas para pedirle si la podía casar con su pareja recién fallecida, un señor de otros 80 años, para poder así percibir su herencia (de 500.000 euros). Como el difunto no tenía hereditarios directos, su fortuna iba a quedar en manos de dos sobrinos y la mujer insistió en falsear el matrimonio. Vargas, que ya era conocido por sus comportamientos poco éticos, aceptó.  Para ello, el expárroco cumplimentó a mano el expediente matrimonial, en el que se suplantó la identidad del fallecido, y la hija de la mujer firmó como testigo del enlace, tras lo que se encargó de tramitar su inscripción en el Registro Civil de Sant Vicenç de Castellet para que se reconocieran los "derechos sucesorios" a su madre.

La falsa esposa fue declarada heredera de los bienes del fallecido y a su vez designó a su hija como sucesora, tras lo que firmó una hipoteca inversa sobre un inmueble con la que obtuvo 78.448 euros.

3 años en prisión

Por estos hecho fue condenado a tres años de prisión, pero su reingreso en prisión se pospuso tras presentar un recurso de casación al Tribunal Supremo. Ahora, el Alto Tribunal ratifica la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona y Vargas deberá cumplir 3 años de prisión por estos hechos. La hija de la octogenaria también cumplirá un año y medio por ser cooperadora necesaria, al firmar como testigo.

Además, ambos, según recoge la sentencia del Supremo, deberán de indemnizar con 203.934 euros a los familiares a quienes realmente correspondía la herencia, cantidad que podría asumir el Obispado de Vic, al que pertenece la parroquia, como responsable civil subsidiario por no haber supervisado el expediente matrimonial, ni detectado las "irregularidades" que presentaba.

Las irregularidades que lo apuntan como culpable  

En este sentido, el Supremo dice que "es absolutamente anómalo que uno de los contrayentes no firmara en el expediente matrimonial, que en uno de los documentos supuestamente firmados se falsificara su firma, que no firmara tampoco uno de los testigos presenciales y que no constara la partida de bautismo".

Tampoco, añade, "que no se notificara el matrimonio al Registro Civil de inmediato y se hiciera nueves meses después de la celebración y que en documentos posteriores, como la partida de defunción o las esquelas de defunción, se hiciera constar que el estado civil del fallecido era el de soltero".

A la espera del macro juicio

De este modo, las opciones de este excura estafador de permanecer en libertad provisional se van agotando y quizás debe esperar ya entre rejas a que se celebre el juicio por la macroestafa que cometió a decenas de ancianas a quienes desvalijó.

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