El juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha propuesto enviar a juicio a toda la familia Pujol Ferrusola por formar una organización criminal para enriquecerse durante décadas con actividades corruptas. Según de la Mata, el expresidente de la Generalitat de Catalunya, su mujer, sus siete hijos y hasta 18 personas más se aprovecharon de «su posición privilegiada de ascendencia en la vida política, social y económica catalana», para enriquecerse durante décadas, hasta acumular «un patrimonio desmedido, directamente relacionado con percepciones económicas derivadas de actividades corruptas».
Parte de esas actividades, subraya el juez, coincidieron en el tiempo con la Presidencia de la Generalidad de Catalunya que ostentó Jordi Pujol i Soley, entre 1980 y 2003.
Conclusión: todos al banquillo
El titular del Juzgado Central de Instrucción, número 5, de la Audiencia Nacional, considera que la fase de instrucción por el 'caso Pujol' puede darse por terminada, tras comprobar que hay indicios de delito para juzgarles por pertenencia a una organización criminal o asociación ilícita, blanqueo de capitales, fraude a la Hacienda Pública y falsedad documental. De este modo, de la Mata pone fin a ocho años de investigación, indagando en las más profundas oscuridades de los Pujol Ferrusola. La conclusión: todos al banquillo.
En la resolución, el juez procede contra el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol; su mujer, Marta Ferrusola, y sus siete hijos, además de contra otras 18 personas que presuntamente participaron o colaboraron en las actividades ilegales del clan, entre ellos, la exmujer de Jordi Pujol Ferrusola, Mercè Gironès, y los empresarios, Luis Delso Heras, Carlos Sumarroca Coixet y Carlos Sumarroca Claverol. Acuerda también el sobreseimiento provisional de tres imputados: Ramón Gironès Riera (cuñado de Jordi Pujol Ferrusola), Ana Vidal Maragall (esposa de Oriol Pujol) y Amelia Barrigón Lafita.
Jordi Pujol Jr. cogió el relevo
Además, de la Mata considera que, con el tiempo, Jordi Pujol Ferrusola, el único de la familia que estuvo en prisión por esta causa, acabó asumiendo la dirección de toda la estrategia.Por otro lado, el juez cree que Jordi Jr. ya ha admitido que todas las operaciones y movimientos que se llevaron a cabo en las cuentas de Andorra, así como, buena parte de los «negocios» en que invirtió durante años, estuvieron directamente relacionados con el patrimonio económico que gestionaba para sí y su familia.
De la Mata ve probado que el primogénito tenía la capacidad para dar instrucciones a los gestores bancarios sobre las cuentas de cada uno de los miembros de la familia. El resto de los hermanos (Josep, Pere, Oleguer, Oriol, Marta y Mireia) seguían las instrucciones de Jordi Pujol Ferrusola y, en algún caso, los tres primeros realizaron transferencias a sus hermanos. Junto a ellos, colaboraron otras personas.
Rechaza la teoría de la herencia
Sea como sea, en las 509 páginas del auto, se describen multitud de operaciones que explican la fortuna de los Pujol. El juez rechaza con contundencia la tesis de que su origen esté en la fortuna del padre del expresident. «Desde luego, existen indicios sólidos que acreditan que no proviene, como se alega por los miembros de la familia, de una herencia familiar procedente de Florenci Pujol Brugat».
«A lo largo de la investigación —señala el juez— no se ha aportado elemento alguno que permita contrastar la veracidad de esta versión, ni tampoco se ha suministrado explicación alguna razonable y contrastable por ninguna de las personas investigadas de esta familia sobre este particular». En este sentido, De la Mata recuerda que la familia no ha sido capaz de detallar en qué entidad bancaria estuvo depositado dicho legado o el momento y forma en que llegó el dinero a Andorra «más allá de meras generalidades».
Comisiones ilegales
Por ello, el juez considera probado que el origen de parte de los fondos son las comisiones ilegales entregadas por empresarios. Estos pagos eran ocultados por la familia mediante distintas estructuras societarias más o menos sofisticadas y utilizando paraísos fiscales y contratos simulados. A cambio del dinero, la familia ejercía su influencia para conseguir que estos empresarios recibieran contratos públicos, se les recalificasen terrenos, se les adjudicasen concesiones u otros favores a lo largo de toda Catalunya. Otras veces, apunta De la Mata, con las entregas de dinero a la familia, aquéllos buscaban simplemente congraciarse con sus miembros y, de esta manera, «hacerse acreedores a futuras adjudicaciones y favores políticos y contractuales». Todos estos pagos se hacían, en algunos casos, simulando supuestos trabajos de asesoramiento en los campos más variados, dotadas de la más perfecta apariencia de regularidad formal, pero «cuya existencia real no ha quedado acreditada», señala.