Por segundo año consecutivo, las discotecas y bares musicales en Catalunya estarán cerrados la noche de fin de año. Este jueves se ha notificado el auto judicial del Tribunal Superior de Justicia Catalunya (TSJC) en el que se desestima la petición de suspensión cautelar de las restricciones de la Resolución de 23 de diciembre, que obligó al cierre inmediato de todos los locales de ocio nocturno, además de la imposición del toque de queda, entre otras medidas.
El TSJC desestima la petición presentada por el ocio nocturno
La petición había sido solicitada por la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon) junto con más de 55 otras asociaciones del mismo sector, como Fecasarm, y de la restauración. Ambos sectores pidieron esta suspensión cautelar, alegando que la noche de fin de año es una de las más importantes tanto para el ocio nocturno, como para la restauración.
No obstante, los magistrados de la Sala Contenciosa del TSJC han considerado que este motivo no justifica la urgencia de suspender la prohibición de apertura y alegan que el interés general está basado en la salud pública y en intentar no colapsar los servicios sanitarios. Sin embargo, la noticia no ha sido de agrado para los sectores afectados.
Los sectores afectados lamentan la decisión judicial
Desde FECALON y actuando como portavoz jurídico, el letrado Fernando Martínez ha querido destacar los graves y consolidados perjuicios de los sectores afectados (principalmente, restauración y el ocio nocturno), además de anunciar “los graves problemas de convivencia por las celebraciones de fiestas ilegales y botellones que harán ineficaces las medidas hoy recurridas”.
Al mismo tiempo, manifiesta Martínez, “la variante Ómicron se debe luchar como una enfermedad común más, tipo gripe” y por ello no se puede justificar el cierre de los sectores empresariales afectados, como el ocio nocturno.
Las restricciones
Cabe recordar, que entre las medidas del Govern, que habían sido avaladas por los tribunales en la Resolución de 23 de diciembre, se encontraban el cierre del ocio nocturno, la limitación de aforo en restaurantes al 50% y el toque de queda de 1 a 6 en todos aquellos municipios con más de 10.000 habitantes y una incidencia acumulada superior a los 250 casos por cada 100.000 habitantes