Fiscal del juicio de la GUB: «no me he creído nada de lo declarado por Rosa y Albert»

El fiscal Félix Martín en un momento de su alegato final   |   EFE
photo_camera El fiscal Félix Martín en un momento de su alegato final | EFE
En su informe, el representante del Ministerio Fiscal aseguró que Rosa Peral «es capaz de convencernos» de que nosotros hemos «matado a la víctima». La acusación, por otro lado, señala que el fallecido fue atacado mientras dormía o descansaba.

El fiscal del «crimen de la Guardia Urbana», Félix Martín, aseguró, sin tapujos, que «no se había creído absolutamente nada» de lo declarado por los acusados del crimen del guardia urbano, Pedro Rodríguez, Albert López y Rosa Peral. Rebatió con duras alegaciones la coartada de ambos, al sostener que son «absolutamente imposibles, inverosímiles y falsas» y recordar que, de ser cierta la de Albert, Rosa habría cometido «el crimen más rápido de la historia de la humanidad», en menos de quince minutos.

La versión de la procesada, en cambio, la ha tachado de «peliculera a más no poder», porque «dice que llega Albert como una tortuga ninja, la avisa por mensajes, no existe una discusión con Pedro porque debía de ser mudo y ella no escucha nada, ni voces, ni golpes, ni nada. Solo ve unas manchitas de sangre porque Albert iba con un hacha». «Recuerden que maldad e inteligencia no son lo mismo», ha alertado Martín, tras cuestionar «las reglas del mundo de Rosa».

Jornada a puerta cerrada

La crisis del coronavirus ha precipitado el final del juicio de la Guardia Urbana, que vivió este lunes, tras más de un mes y medio desde la primera jornada, su penúltima sesión. A puerta cerrada para el público general y con restricciones en el acceso tanto para los familiares como para los medios de comunicación, se dio comienzo a los alegatos finales del fiscal y del letrado de la acusación particular. Este martes, será el turno de las defensas y, tras ellas, el juicio quedará pendiente de veredicto. El jurado se aislará los días que necesite para decidir sobre la culpabilidad o inocencia de los acusados.

Durante la primera sesión destinada a los alegatos, fiscal y acusación particular, muy duros con los acusados, Albert López y Rosa Peral (sospechosos del asesinato del novio de ella, Pedro Rodríguez, en mayo de 2017) mantuvieron su posicionamiento inicial: culpables. Culpables de tramar su asesinato y culpables de su trágico desenlace. 

«La diabólica y perversa prueba de amor»

Ni uno ni otro no se cortaron ni un pelo en verbalizar sus opiniones subjetivas, más allá de los argumentos jurídicos, para determinar su culpabilidad. El representante del Ministerio Fiscal Y alertó, dirigiéndose directamente a los miembros del Jurado Popular, de la capacidad de manipulación de Rosa Peral, rasgo que, sin embargo, no fue diagnosticado por los psicólogos forenses. «Si estamos a solas dos o tres horas, es capaz de convencernos de que hemos sido nosotros quienes hemos matado a Pedro. Esta es Rosa Peral», advirtió, nuevamente, al Jurado Popular. 

Martín sigue reclamando 25 y 24 años de prisión, respectivamente, para Peral y López, por un delito de asesinato con alevosía. Como el letrado de la acusación particular, Juan Carlos Zayas, el fiscal tiene claro que ambos acusados elaboraron un plan para acabar con la vida de Pedro Rodríguez, para volver a estar juntos, en lo que el representante del Ministerio Fiscal ya tildó de «diabólica y perversa prueba de amor». 

El «mal gratuito» existe

La acusación pública sostuvo durante su discurso, que duró más de cuatro horas, que «el mal gratuito existe» y «no tiene glamour». «La muerte huele, mancha, ensucia y crea un vacío y un silencio terribles. La muerte es como una bomba nuclear […] Pero no estoy aquí para esconderles la verdad, y en el Mundo hay partes feas y personas malas», recalcó el fiscal, que tachó a la principal sospechosa del crimen de «charlatana de feria» y a Albert, de «macho» que quiere ser «el rey de la selva», según informó la agencia EFE, uno de los pocos medios que tuvo acceso a la vista.  

Martín ha tildado a Rosa de «persona cobarde que no hace nada por sí misma», de mostrar «frialdad absoluta» y de guiarse en sus relaciones por «la mentira, la traición, la seducción, la erotización y la manipulación», frente a un Pedro «controlador, celoso, obsesivo, absorbente» y «locamente enamorado». Enmarcando los hechos en un crimen pasional, pero también instrumental, recordando que intentaron incriminar al exmarido de Rosa Peral.

«El rey de la selva»

Las duras apelaciones también fueron dirigidas a Albert, de quien dijo que «representa una masculinidad primitiva del Pleistoceno que se disfraza de policía y se resume en el principio de ‹si me quitan a mi hembra voy a hacer lo necesario para recuperarla y así me convierto en el rey de la selva›».

Por otro lado, el fiscal ha remarcado que la decisión de matar a Pedro estaba «tomada» desde el momento en que el acusado compró una tarjeta de móvil de prepago, que activó sólo la noche del crimen, el cual planificaron para que la víctima no pudiera reaccionar. «Si un tío de 100 kilos se hubiera podido defender, habría alguna señal evidente. ¿Pudo hacerlo? Rotundamente, no. Por eso, esto no es un homicidio, es un asesinato», ha expuesto al Jurado, a quien ha pedido que «triunfe la verdad y se convierta en espejo» para que los acusados «vean su reflejo, que no es más que el de dos asesinos». 

Temor por unas imágenes íntimas

La acusación particular, que ejerce el abogado Juan Carlos Zayas, ha asegurado en su informe que Rosa asesinó a su novio en lugar de poner fin a su relación con él, por miedo a que difundiera fotos íntimas, correos electrónicos privados o difamara su imagen. Todo ello en un momento en el que la procesada afrontaba el juicio contra un subinspector de la Guardia Urbana al que acusaba de enviar una foto suya haciéndole una felación.

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