Jaque. "El Rey del Cachopo" no tiene escapatoria. A falta de un lance inesperado, el juego se ha terminado para César Román. La esperanza de salir indemne del mayor de sus escándalos se ha desvanecido durante la vista en la que han declarado los médicos forenses que examinaron el torso hallado dentro de una maleta en la nave de Usera alquilada por Román. Los peritos lo han acorralado. El cerco se estrecha sobre él. Jaque mate.
A diferencia de lo que sostenía la defensa de Román, que se aferraba a un informe forense preliminar en el que se describía a la víctima como una “mujer caucásica”, los especialistas que analizaron el cuerpo han concluido que el cuerpo era de color “blanco moreno”. Esta descripción encaja con el perfil de Heidi Paz, a la que su propia madre se refirió como un 25% de afroamericana. “Para asignar a alguien un grupo racial hay que tener la anatomía completa”, ha matizado uno de los forenses.
Cortes limpios y precisos
Los cortes que presentaba el torso, al que le habían mutilado las extremidades y la cabeza, incluyendo el cuello, eran limpios. A pesar del avanzado estado de descomposición en el que se encontraba el cuerpo, agravado por la acción corrosiva de la sosa cáustica, los médicos forenses creen que quien seccionó los miembros “sabía cómo hacerlo”.
Respecto al cuchillo con el que el presunto autor pudo despiezar al cadáver, y que los peritos han confirmado que es “idéntico” a otro recuperado en un restaurante de Román, los forenses han precisado que aunque “parece corto para realizar la amputación de las extremidades y la cabeza, es compatible con la extirpación de los senos”. Asimismo, han aclarado que las incisiones se realizaron post mortem, sin que se haya podido esclarecer la causa del deceso. “La respuesta quizás está en alguna parte del cuerpo que no se ha recuperado”, han aclarado los expertos.
Respecto a la inexistencia de una cicatriz de cesárea, uno de los argumentos a los que la defensa se ha aferrado para refutar que el cadáver sea el de Heidi, que fue madre de dos niños mediante esta cirugía, los forenses han argumentado que el hecho de que no la hubiesen visto no quiere decir que no estuviese. La putrefacción era tal que no fueron capaces de determinar si la víctima había dado a luz ni tampoco pudieron detectar ninguna cicatriz compatible con una cesárea. Sin embargo, han querido aclarar que es “perfectamente posible que estuviese ahí y que no se viera” por el mal estado del cuerpo o porque se le habían realizado varias incisiones para eliminar ciertas marcas que pudiesen resultar identificativas.
Sin dudas de que se trate de Heidi
Los peritos no tienen dudas. El cuerpo desmembrado y abandonado en una maleta pertenece a Heidi Paz, la joven hondureña de 25 años con la que Román mantenía una turbulenta relación sentimental. Así lo han demostrado los análisis que certifican que el ADN del tronco coincide en un 99,99% con el de Gloria, la madre de Heidi. Además, el estudio del ADN mitocondrial reafirma que la víctima es su hija y que no puede tratarse de cualquier otro descendiente, como ha insinuado la defensa.
El mismo ADN del torso fue hallado en la maleta que lo contenía, mezclado con el de César Román. Pero también fue hallado en la casa que ambos compartían en Madrid. Este extremo desmonta la truculenta teoría de Román, que afirma que el cuerpo pertenece a una prostituta rumana a la cual él no conocía.
El ADN de él apareció también en las asas y en el cierre de la maleta que contenía el cuerpo, así como en uno de los tapones de la sosa cáustica recuperado de un contenedor de basura de la nave. Pero, por si fuese poco, los peritos han confirmado que, en una de las dos botellas que contenían la sustancia corrosiva con la que se cubrió el torso para hacerlo desaparecer, se recuperó una huella perfectamente identificable del acusado.
La curiosa declaración de la psicóloga
Durante la vista se han vivido un momentos de tensión cuando la defensa de Román ha llamado a declarar a la psicóloga a la que le fue encargada una evaluación del estado mental del acusado. Para sorpresa de los presentes, la especialista elegida pasaba consulta, casualmente, en un local situado justo enfrente a uno de los restaurantes que regentaba “El Rey del Cachopo” y al que la psicóloga había acudido a comer en alguna ocasión. La credibilidad de la especialista, que se ha deshecho en halagos hacia el acusado, ha quedado en entredicho desde el momento en el que ella misma ha confirmado esta información.
La psicóloga se ha referido a César Román como “animal social”, noble y nada agresivo, ni con personas ni con animales. “Nunca he conocido a nadie con tanta capacidad de esfuerzo”, ha manifestado la declarante. Entre los múltiples agasajos, que no encajan con el perfil que los testigos han ido describiendo en estas últimas semanas, la psicóloga ha afirmado que, según sus test, no había riesgo de violencia sobre la mujer. “¿Cómo es compatible eso con la denuncia por violencia de su expareja?” le ha espetado el Fiscal en tono inquisitivo. La psicóloga lo ha disculpado argumentando que Román perdió los papeles puntualmente en una discusión de pareja en la que llegó a insultar a su mujer. “La condena no es por insultar, es por delito de lesiones en el ámbito familiar'', la ha corregido el Fiscal. ¿Cómo valora el hecho de que le mintiera César Román? Porque el episodio que él relata no es cierto.”, ha continuado. “Uno siempre lo recuerda desde un punto de vista sesgado”, ha respondido, disculpándolo, la psicóloga. “Y usted no valoró lo que dice una sentencia judicial firme'', ha continuado el Fiscal. “Estaban encarándose, las pruebas dicen que el peligro de violencia sobre la mujer es nulo”. En vista del cariz que estaba tomando la declaración y visiblemente molesta la jueza finalmente ha estallado. “Es un delito de maltrato lo que hay ahí y que se castiga con penas de prisión, no es cuestionable”, ha zanjado la Presidenta del Tribunal en relación a la sentencia firme que prueba que César Román, al menos en esa ocasión, se comportó de forma violenta con una de sus exparejas .