Juicio Macedonia: Trapero cuestiona la instrucción

Trapero ha asegurado en la vista que con el 'caso Macedonia' se intentó desacreditar la labor de un fiscal, de un confidente y de los mossos que se estaban encargando de las pesquisas.  /  Archivo
photo_camera Trapero ha asegurado en la vista que con el 'caso Macedonia' se intentó desacreditar la labor de un fiscal, de un confidente y de los mossos que se estaban encargando de las pesquisas. / Archivo
Josep Lluís Trapero ha declarado este miércoles en la Audiencia de Barcelona en el marco del juicio por el ‘caso Macedonia’. Como ya hizo el exjefe de Anticorrupción, el Major ha cuestionado ante el tribunal la instrucción del caso

“Me sabe muy mal, señoría, pero si lo que usted me está proponiendo es que le presente un escrito para realizar una intervención telefónica, no lo voy a hacer. Si usted me lo ordena por escrito, entonces lo haremos, pero yo no se lo voy a solicitar”. De esta forma se excusó Josep Lluís Trapero, exjefe de los Mossos d’Esquadra, por aquella época, en 2009, subjefe de la Comisaría General de Investigación Criminal ante el juez Joaquín Aguirre, instructor del ‘caso Macedonia’.

Ni él, ni el exjefe de Anticorrupción lo veían claro. No había indicio alguno para intervenir a los guardias civiles con lo que estalló dicho caso. Y entonces, el Major ya se cuestionó la instrucción y las reiteradas insistencias del juez para que fueran ellos (los mossos) quienes le solicitaran dicha intervención. Dadas las visibles desavenencias entre las partes, finalmente, el magistrado los apartó de la investigación y terminó por imputar al exjefe de Anticorrupción, por presuntamente proteger a los narcos implicados en el caso. Más tarde quedó absuelto. En este sentido, Trapero ha asegurado en la vista que con el 'caso Macedonia' se intentó desacreditar la labor de un fiscal, de un confidente y de los mossos que se estaban encargando de las pesquisas.

El estallido del caso

Y así empezaba el ‘caso Macedonia’. Con un presunto narcotraficante pillado in fraganti y con 16 guardia civiles investigados por presunta corrupción policial. Sin embargo, la pólvora del caso se volvió azúcar y la investigación fue perdiendo combustión. No había indicios de criminalidad en la actuación de La Benemérita, al menos no según los investigadores de los Mossos d’Esquadra.

Según concluyó la unidad que dirigía Trapero, los delincuentes habían orquestado una trampa para ocultar su droga, ‘vender’ a uno de ellos (el sr. Bono, imputado en la presente causa) y huir con el dinero de la mercancía. Pero no había nada más. Sin embargo, el juez insistía en que sí.

La obsesión del juez con la DAI

Paralelamente a la investigación de los Mossos, Aguirre, insatisfecho con el resultado, ordenó un informe de análisis de los mismos hechos al Servicio de Asuntos Internos (SAI). Los agentes del Instituto Armado llegaron a la conclusión de que dos agentes de la policía catalana ubicados en la comisaria de Vilanova y la Geltrú mantenían algún tipo de relación con algunos de los presuntos narcos implicados en la investigación inicial. No obstante, no pudieron determinar qué tipo de contactos establecían, pero fue el gancho que el juez utilizó para encargar la investigación a la División de Investigación Interna (DAI) de los Mossos y apartar a Trapero y a los suyos del caso. Algo con lo que, el magistrado, llevaba tiempo obsesionado.

“Me insistió en varias ocasiones sobre su voluntad de que la DAI de los Mossos entrara a formar parte de la investigación. Yo ya le expliqué que no podía ser, pues por protocolo interno sólo pueden actuar cuando hay algún agente del cuerpo implicado”, recordó antes que Trapero, el Inspector exjefe de Anticorrupción, sobre la insistencia del juez. Finalmente, cuando esta unidad investigadora “partió peras” con el instructor, la DAI entró para liderar el caso. Y, a raíz del escueto informe del servicio homólogo de la Guardia Civil, se empezó a investigar a dos agentes ubicados en Vilanova y la Geltrú.

La llegada de la DAI a la causa

Según varios testigos que han declarado ante el juez, era sabido en el ámbito policial que al menos uno de los agentes implicados, el subinspector que sigue imputado, tenía varios confidentes por la zona de Castelldefels, donde se sitúa a los presuntos narcos investigados. Se llegó a la conclusión de que efectivamente eran sus informantes, pero la DAI – a diferencia de los que opina el exjefe de Anticorrupción – le relacionó con el entramado al margen de sus quehaceres estrictamente laborales.

El exjefe de Anticorrupción, por su lado, sigue sin comprender cómo se pudo relacionar a los agentes con la trama de narcotráfico y revelación de secretos, si a su parecer, no había indicio alguno de ninguno de los dos delitos.

Trapero, Gutiérrez Carbajo y Villarejo

Con todo, Trapero ha sido fiel a su estilo de declaración: austero, directo y sin muchos detalles. Por eso, preguntado por su relación con uno de los presuntos narcos implicados en la causa, Manuel Gutiérrez Carbajo, el Major ha explicado que fue su confidente en el marco de otra investigación que nada tiene que ver con la presente. “Mi relación con el señor Gutiérrez Carbajo se limitaba a los asuntos relacionados con el caso ‘Riviera y Saratoga’ sobre la presunta corrupción en dos prostíbulos de Castelldefels”, ha sentenciado.

El abogado de Gutiérrez Carbajo ha vuelto a dejar caer el nombre del excomisiario José Manuel Villarejo, que ha ido sobrevolando este procedimiento judicial desde el primer día. La defensa del principal acusado y confidente, Manuel C., le acusó de fabricar el caso contra él con el último objetivo de "desprestigiar" al mayor de los Mossos. Trapero, por su lado, ha asegurado que "desconocía" si este exjefe policial tuvo un papel o no en esta maniobra, pero se ha refirmado en que se intentó desacreditar a los agentes que investigaban el asunto

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