El Caso Arandina parece haber entrado en su recta final. Al margen de los posibles recursos que se presenten a partir de ahora, tan solo falta por decidir si los jóvenes acusados de violar en grupo a una menor de 15 años entran en prisión de forma inmediata, resolución que previsiblemente se detallará en la vistilla prevista para este miércoles.
Los tres exjugadores del club de Aranda de Duero, Raúl Calvo, Víctor Rodríguez ‹Viti› y Carlos Cuadrado ‹Lucho›, fueron condenados el pasado jueves, 12 de diciembre, por la Audiencia Provincial de Burgos, a 38 años de prisión cada uno por los hechos que ocurrieron el 24 de noviembre de 2017,en el domicilio que compartían.
La edad de la menor ha sido la clave
Se les acusa de agredir sexualmente a una menor de 15 años y como cooperadores de agresión sexual en los delitos de cada uno de los otros dos condenados. En el momento de los hechos, los futbolistas del Arandina CF tenían 19, 22 y 24 años, respectivamente.
Se les condena a 14 años por el primer delito y a 12 por cada uno de los otros dos. En total, 38 años a cada uno. Se trata de la máxima pena pedida por la Fiscalía y se fija en 20 años el máximo cumplimiento de la pena de prisión, conforme a lo dispuesto en el Código Penal.
Comprobar que sabían la edad de la menor, ha sido la clave de este caso, ya que el Código Penal considera abuso sexual, incluso las relaciones consentidas con menores de 16 años. Tal y como señala el artículo 183, «el que realizare actos de carácter sexual con un menor de 16 años, será castigado como responsable de abuso sexual a un menor, con la pena de prisión de dos a seis años».
Los jóvenes han insistido e insisten en que no lo supieron hasta más tarde y que, además, en ese piso de Aranda de Duero no pasó absolutamente nada de lo que se dice en la denuncia. La madre de la víctima, sin embargo, asegura que sí sabían la edad de su hija cuando se produjeron los hechos.
El caso dividió al pueblo desde la instrucción
La madre de la menor denunció los hechos semanas después de que se produjeran, el 11 de diciembre de 2017, a raíz de una confesión de la joven a la psicóloga a la que asistía desde hacía un tiempo.
El auto por el que la juez envió a prisión provisional a los tres acusados indica que la menor ratificó su denuncia «sin caer en contradicciones» y que los futbolistas negaron cualquier tipo de abuso.
Según la versión de la víctima, conoció a uno de los jugadores, ‹Lucho›, por las redes sociales, y entabló cierta amistad con él, y por eso, ese día, acudió a su domicilio. Al principio, estaba sola con él, y después aparecieron sus dos compañeros. En ese momento, según su denuncia, la desnudaron, la agarraron de las manos y de la nuca para que mantuviera relaciones con ellos.
Mientras los tres futbolistas estaban en prisión, a la espera del inicio de la instrucción, Aranda de Duero se dividió. La familia de la menor reconoció haber recibido amenazas y se produjeron manifestaciones a favor y en contra.
Del mismo modo, la defensa y los amigos, familiares y allegados de estos jóvenes aseguran ser víctimas de una denuncia falsa; además de sentirse culpados desde que se empezó con la investigación del caso, vulnerándose, así, y según su parecer, su presunción de inocencia.
En este sentido, los tres acusados culpaban de todo ello «a la presión social y mediática». Mientras, existe otro sector que cree en la versión de la joven víctima, presa de la influencia de las redes sociales y de tres chicos mayores que ella.
Piden su reingreso a prisión
El 6 y 7 de marzo de 2018, los tres futbolistas eran puestos en libertad bajo fianza y todo quedaba pendiente del final del proceso de instrucción y del procesamiento para el juicio, cuya apertura se anunció el 8 de julio de 2019 y cuya vista se inició el pasado, 21 de noviembre.
Ahora, con la vista oral concluida y con sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos sobre la mesa, la acusación popular en el caso Arandina, representada por la Asociación Clara Campoamor, solicita la entrada inmediata en prisión de los tres exfutbolistas, que salieron por la puerta principal del Juzgado, el pasado 12 de diciembre. «Lo que contaba la niña y cómo lo contaba, tenía que ser verdad, no teníamos duda, y en el juicio hemos podido probar todo», agregaba Luis Antonio Calvo, su abogado.
Absueltos de otros delitos
Sin embargo, en dicha sentencia, los tres exjugadores fueron absueltos del delito de proposición de actividades sexuales, y uno de ellos, Calvo, por su madurez similar a la de la víctima (conforme al informe psicológico) y falta de corroboración, del delito de agresión sexual continuada por el que se le acusaba.
«Esto es un circo. No hay una sola prueba y les meten 38 años. ¿En qué nos estamos convirtiendo? Yo soy mujer y no defiendo a violadores, pero estos chicos no han hecho nada. No puedes absolver a Raúl en una cosa y en otra no. Es vergonzoso y no hay por donde coger la sentencia. Les están tratando como asesinos y están diciendo que es mejor matar, más económico», lamentaba Olga Navarro, la defensora del condenado más joven, a la salida del juzgado.
En relación con los delitos de los que sí han sido acusados, cabe recordar que el pasado mes de junio, en su sentencia sobre ‹La Manada›, el Alto Tribunal indicó que debe condenarse a cada acusado como autor de su propia agresión sexual y, además, como cooperador de las agresiones de los otros participantes en el delito.
Ese criterio eleva sustancialmente las condenas por agresiones sexuales grupales, ya que la pena para el cooperador necesario puede llegar a ser la misma que la del autor material de la agresión.
Las acusaciones, tanto la particular como la Asociación Clara Campoamor, han mantenido durante todo este tiempo que hubo agresión sexual grupal y que los acusados conocían la edad de la víctima, algo que sería constitutivo de delito hubiera o no consentimiento por parte de la menor.
«Que terminen las denuncias falsas»
Sin embargo, Navarro insiste en que todo el entramado se basa en una denuncia falsa. La abogada de Calvo se mostró «decepcionada» y «desilusionada con la justicia» tras la sentencia, y acusa a la menor y a su familia de «mentir continuadamente». «Les ha destrozado la vida. 38 años por no haber hecho nada. No existe ni una prueba de cargo. Sólo hay un testigo que se acredita con un vídeo, al que no se cree, porque no ha acudido antes a la justicia.
Que terminen las denuncias falsas, no hay ni una sola prueba». Añadía, además, a la salida del juzgado que «la sentencia se basa en la declaración de la víctima, que la ha cambiado en cuatro ocasiones. No hay prueba de ADN. Se ha movido un pueblo entero, que ha presentado pruebas, ‹whatsapps› y audios en los que la menor dice que no ha sido violada.
Es un circo mediático y por supuesto que vamos a recurrir. La menor ha creado tal bola de mentiras que no se puede salir de ahí. No sé cómo la gente puede dormir con este caso. Que quede en la conciencia de quien quede», finalizaba.
En este sentido, durante la vista oral del juicio, salieron a la luz unos audios que ponen voz a declaraciones de la menor sobre lo sucedido. El contenido de estos audios se habría tenido en cuenta durante la instrucción, pero no como prueba en defensa de los jóvenes, dado el grado de inmadurez de la víctima.
En esos mensajes —que, al parecer, ella envía a alguien por un servicio de mensajería de móvil—, la adolescente advierte de que «como cuenten algo», ella también hablará de «todo, todo, todo e inventando».
Los audios y las movilizaciones
A esas conversaciones, ya se hizo referencia durante el juicio —que se celebró a puerta cerrada— y en la fase de instrucción. Los jueces no les dieron valor probatorio y los atribuyeron a la «inmadurez» de la joven.
Aunque estos mensajes, a los que han tenido acceso distintos medios de comunicación, como el ABC, son la pieza clave para la defensa en su estrategia ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Salieron a la luz días antes de la vistilla prevista para hoy a partir de las 10.00 horas, en la que la Audiencia deberá decidir si los tres penados entran en prisión de forma inmediata —como piden la Fiscalía y la acusación particular— o no. Las defensas de los jugadores recurrirán el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
Estos últimos días, también ha habido manifestaciones a favor y en contra de la sentencia dictada. En la localidad ribereña —donde los jugadores llevaban tres meses cuando sucedieron los hechos denunciados— unas 350 personas acudieron a la llamada realizada el viernes a través de las redes sociales para mostrar su apoyo a los condenados y expresar su rechazo a la elevada pena impuesta.