La exnovia de “El Rey del Cachopo” abortó tras sufrir un golpe

Marcelo, el que fue pareja de Heidi Paz durante tres años mira desafiante a César Román | Audiencia de Madrid
photo_camera Marcelo, el que fue pareja de Heidi Paz durante tres años mira desafiante a César Román | Audiencia de Madrid
Según los amigos de la fallecida el noviazgo entre Heidi Paz y César Román era idílico hasta que la joven decidió poner fin a la relación con el empresario. Heidi vivía aterrada. “El Rey del Cachopo” la controlaba, la amenazaba y la perseguía.

Si en la sesión anterior declararon la exmujer y la exnovia de César Román, más conocido como “El Rey del Cachopo”, que lo describieron como una persona agresiva y controladora, el viernes ha sido el turno de las exparejas de Heidi Paz. 

Álvaro, mejor amigo de la joven hondureña y con quien mantuvo una breve relación sentimental, la ha descrito como una persona sencilla, normal, sin atracción por grandes lujos y que vivía al día con el dinero que ganaba como camarera. “Estoy seguro de que no hacía nada de eso. No vi nada que me hiciera pensar que trapicheaba. Me lo hubiese contado”, ha dicho en referencia a la declaración del acusado, que ha intentado manchar la imagen de la víctima insinuando que se dedicaba a la prostitución y al tráfico de cocaína para mantener su elevado tren de vida. Sobre la relación que su íntima amiga mantenía con Román el joven ha recordado que, aunque en un principio ambos parecían entusiasmados con el noviazgo, aquel verano Heidi lo llamó pidiendo auxilio. “Me llamó insistentemente a principios de agosto y me dijo que había tenido un problema con César, una discusión muy fuerte, y que no quería estar sola”. Sin embargo, el chico estaba en una discoteca y no llegaron a verse. Fue la última vez que habló con ella. 

El que fue pareja durante tres años de Heidi, Marcelo, ha ratificado que la joven nunca vendió drogas y mucho menos se prostituyó. En una declaración tensa en la que defensa de Román y el Ministerio Fiscal le han solicitado que apartara la mirada, desafiante, del acusado, al que ha descrito como un “baboso”, el joven ha explicado que Heidi vivía con lo que ganaba en la hostelería y cuando no trabajaba era él quien la mantenía. “Les enviaba dinero regularmente, mantenía a sus hijos en Honduras”, ha explicado. Antes de abandonar la sala, Marcelo ha increpado a Román. “¡Vos tenés la vida prestada, boludo!”, lo ha amenazado.

Román la embaucó con falsas promesas

Lejos de las teorías de Román y su letrada, la hermana de Heidi, Karina, ha confirmado que el único año que los niños estuvieron escolarizados en un colegio privado fue porque su padre, expareja de Heidi, juntó el dinero suficiente como para matricularlos. Su hermana pequeña estaba pletórica al principio de la relación. Román la había embaucado con la falsa promesa de regalarle una casa en Honduras para su familia, sin embargo, pocos meses después, las cosas se torcieron. “Me dijo que era muy posesivo y muy controlador”, ha relatado la hermana visiblemente afectada, “Ella tenía miedo de que él le hiciera algo”. Heidi pasó de ser una joven feliz a mostrarse preocupada. Su situación había pasado a ser peor de la que tenía en su país de origen pero su afán de progreso en España y el deseo de traer a sus hijos le impedía regresar a Honduras. En la misma línea de lo que explicaron sus parejas, la hermana ha confirmado que la joven “No enviaba grandes cantidades de dinero. Solo para sus hijos y no de forma muy seguida. La cifra más alta fueron 100 euros”. Después de abandonar la sala se han podido escuchar los gritos desgarradores de la hermana de Heidi en el pasillo, que ha tenido que ser atendida por los médicos de la Audiencia por un ataque de ansiedad.

Sufrió un aborto tras una discusión

Los tres amigos de Heidi que han declarado en el juicio coinciden en que la joven comenzó a mostrarse angustiada por las reacciones violentas de César Román en aquel fatídico verano de 2018. Su mejor amigo ha explicado que César la perseguía. “Siempre estaba demasiado cerca. Lo controlaba todo y lo que no podía, lo intentaba”, ha explicado ante jurado popular. El joven ha relatado que a veces la llamaba por teléfono y era él quién respondía. Sobre el embarazo de la que fue su amiga, el joven ha declarado con la voz entrecortada que Heidi perdió el bebé tras una fuerte discusión con César Román en la que sufrió un golpe. “Se iba a separar de él, no aguantaba más”, ha explicado. En la misma línea, otro de sus amigos íntimos ha confirmado que Román la había amenazado. “Le dijo que si no iba a ser para él no iba a ser para nadie”. A las desagradables preguntas de la defensa de Román, que ha intentado desesperadamente relacionar a la joven con las pandillas latinas, las maras, el narcotráfico y la prostitución, sin éxito, pero empañando la imagen de la fallecida, uno de los amigos ha perdido la paciencia. “¿Es cierto que su piso se utiliza para guardar cocaína y armas?”, ha preguntado Ana Isabel Peña. El testigo, al que la jueza le ha pedido que no responda, ha levantado los brazos y, dirigiéndose a la letrada, ha soltado con tono de enfado: “Vaya películas… ¡Yo me dedico a la hostelería señorita!”

La metamorfosis de Román

Este viernes también ha declarado el propietario de la vivienda que Román alquiló en Zaragoza cuando se fue, huyendo, de Madrid. César Román se identificó con un nombre que no era el suyo. Le dijo que se llamaba Julio César Jurado Rodríguez y alegó varias excusas para no enseñarle el DNI. A pesar de ello, el propietario le alquiló una habitación en un piso compartido con una mujer. Después de tres meses de convivencia, el testigo ha recordado que César empezó a tener problemas con su compañera de piso. “La otra inquilina me dijo que le había faltado al respeto verbalmente y le pedí que dejara la habitación”. Cuando fue a comunicárselo, poco antes de su detención, el dueño de la vivienda reparó en el aspecto físico del empresario. Había cambiado mucho. César Román era, o eso pretendía él, otra persona. 

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