Libertad para el padre de las hermanas de Terrassa asesinadas en Pakistán

Libertad para el padre de las dos jóvenes pakistanís de Terrassa asesinadas en un crimen de honor  /  ACN
photo_camera Libertad para el padre de las dos jóvenes pakistanís de Terrassa asesinadas en un crimen de honor / ACN

El progenitor fue detenido este miércoles por agentes de la Policía y los Mossos en Terrassa (Barcelona). Se le cree cooperador del plan urdido para engañar a las jóvenes a viajar a Pakistán, donde fueron asesinadas

El Juzgado de instrucción 3 de Terrassa ha recibido este viernes a Ghulam Abbas, el padre de las dos hermanas de Terrassa asesinadas en mayo del año pasado en Pakistán tras negarse a contraer un matrimonio de conveniencia. De acuerdo con la petición del Ministerio Fiscal, el magistrado ha acordado su libertad provisional con las medidas cautelares de retirada del pasaporte, prohibición de salida del territorio y comparecencias quincenales en el juzgado. 

La causa, que sigue declarada secreta, se inició de oficio por parte de la Fiscalía de Terrassa, después de conocerse que Urooj y Anisa Abbas, de 21 y 23 años respectivamente, con permiso de residencia en España, murieron asesinadas a manos de sus familiares en Pakistán, su país de origen, tras pedirles el divorcio a sus primos con quienes las habían casado forzosamente, en un matrimonio concertado por sus hermanos mayores.

Engañadas para viajar a su pueblo natal 

Según la investigación llevada a cabo por Policía Nacional y Mossos d’Esquadra, el padre ayudó a los hermanos mayores a urdir un plan para engañar a las jóvenes a viajar a Pakistán. Les hicieron creer que su madre estaba muy enferma y que debían ir a darle su último adiós. La realidad, sin embargo, es que los hermanos mayores retuvieron a la mujer para que no pudiese comunicarse con sus hijas.

Una vez en Pakistán se percataron del plan, pero ya no tenían escapatoria. Sus hermanos las habían casado con sus primos e insistían en que tenían que volver a España juntos para que ellos pudieran obtener el permiso de residencia.

Las hermanas Abbas no solo se negaron, sino que, además, pidieron el divorcio. Ante su negativa, los familiares las retuvieron en el domicilio familiar y las asesinaron delante de su madre, quien no pudo hacer nada para ayudar a sus hijas. 

Murieron torturadas por sus hermanos  

Las dos chicas fueron torturadasasfixiadas y, finalmente, asesinadas a tiros por uno de sus hermanos. Además de los dos hermanos, que son los principales  ejecutores del asesinato, otras cuatro personas fueron detenidas en Pakistán, acusados de participar en el asesinato, incluidos los maridos/primos de las dos hermanas. 

La realidad tras los matrimonios forzados

En este sentido, como ya publicó eltaquigrafo.com, en Catalunya los matrimonios forzados se consideran delitos penados desde 2008. Concretamente un tipo específico de violencia de género. Rosa Negre; subinspectora de los Mossos y responsable de la Unidad de Proximidad y Atención al ciudadano de Girona, explicaba a preguntas de este medio que las víctimas, la gran mayoría nacidas ya en España, suelen tener mucho miedo a denunciar porque no quieren manchar el honor de la familia (lo que podría conllevar situaciones de extrema violencia y peligrosidad para estas chicas, desencadenando, incluso, en crímenes de honor, como con las hermanas Abbas).

Por eso, matizaba la subinspectora, debe existir una red muy coordinada de efectivos policiales, sanitarios, educativos y sociales que velen por la seguridad de estas jóvenes, y que trabajen con protocolos actualizados para minimizar los riesgos subyacentes a los matrimonios forzados.

El peso del honor

El matrimonio forzado, además, lleva asociado de forma intrínseca toda una serie de violencias contra la mujer: maltrato psicológico, físico, emocional, sexual e incluso reproductivo, cuando aquellas que no lo desean, pero son obligadas a ser madres. Esta presión recae principalmente sobre las mujeres.

Aunque existen casos de hombres que también se ven obligados a contraer matrimonio, son ellas quienes llevan sobre sus espaldas la losa del honor familiar y quienes deben defenderlo a nivel comunitario. Pues en los peores casos, de no hacerlo pueden acabar muertas.

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