El hombre acusado de matar a su casero a martillazos y después quemar su cadáver ha indicado ante el tribunal con jurado que le juzga en la Audiencia de Jaén que lo hizo porque la víctima le había echado «mal de ojo» y le hacía brujería.
E.H.M. ha declarado que hacía ocho años que conocía a su casero, que le dejaba vivir en la casa donde ocurrieron los hechos sin cobrarle nada, y que mantenía con él y la familia de éste una relación de amistad.
Ha señalado que empezaron los problemas cuando comenzaron a aparecer «demonios en su cabeza», algo que atribuyó a que la víctima le estaba haciendo brujería y ha reiterado, a preguntas de las partes y del propio jurado, que no sabe por qué hizo lo que hizo.
«Era el destino de Dios y pasó lo que pasó. Estaba escrito», ha señalado el acusado, que también ha dicho, según informa Europa Press, estar arrepentido por lo ocurrido. Ha asegurado que sólo le dio una única vez con una maceta de obra en la cabeza y que después regresó a la casa para quemar el cuerpo y así acabar con «todos los demonios» que había en la vivienda.
El acusado ha indicado que «nunca» pensó en matarlo, por lo que no ha podido dar las razones que le llevaron a actuar como lo hizo, más allá de señalar que por su cabeza le pasaban «cosas raras» que no entendía.
«Estaba trastornado»
Desde este jueves, un jurado popular es el encargado de enjuiciar a E.H.M., acusado de matar en febrero de 2019 a su casero y posteriormente quemar el cadáver prendiendo fuego a la casa, en Martos (Jaén). El acusado lleva en prisión preventiva desde entonces puesto que tras lo ocurrido se dirigió a la Policía Local donde confesó su autoría.
La Fiscalía, según el escrito de calificación provisional al que ha accedido Europa Press, pide para él una condena de 14 años de prisión por los delitos de homicidio e incendio en casa habitada. Además, también reclama una indemnización de 250.000 euros para la viuda y los cuatro hijos de la víctima, un hombre de 68 años.
La acusación particular reclama 25 años de prisión por considerarlo autor de un delito de asesinato. Según la abogada de la familia, lo ocurrido fue fruto de una acción premeditada en la que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse.
Por su parte, la defensa pide inicialmente la libre absolución por entender que el acusado cuando ocurrieron los hechos «estaba trastornado», de ahí que pida que la eximente completa de trastorno mental transitorio.
Le invitó a comer
Los hechos ocurrieron el 1 de febrero de 2019, en una casa ubicada en el número 5, de la calle La Peña, de Martos. El acusado residía en ese inmueble desde meses atrás. El fiscal asegura en su escrito de calificación que las relaciones entre el acusado y su casero fueron empeorando.
El motivo de las discusiones entre ambos es que el procesado, según la Fiscalía, fue almacenando chatarra e introduciendo animales en la vivienda, «con el consiguiente problema de higiene que acarreaba», extremo que E.H.M. ha negado durante el juicio.
El día en que ocurrieron los hechos, el acusado invitó a su casero a casa a comer, «con la intención de ser agradecido», según recoge la Fiscalía. Sin embargo, el Ministerio Público relata que se produjo una discusión entre ambos y el acusado, supuestamente, golpeó a la víctima con una maceta de obra en la cabeza, objeto que no llegó a ser localizado entre los restos de la casa.
Para «intentar hacer desaparecer el cuerpo», trasladó el cadáver al corral de la vivienda, amontonó ropas y mantas viejas y puso el cuerpo en el centro. A continuación, según relata el Ministerio Fiscal le prendió fuego.
No fue hasta la mañana siguiente, cuando la Guardia Civil encontró el cadáver después de que la familia del fallecido comunicara sus sospechas de que podría estar en la vivienda. Los agentes hallaron los restos óseos de un hombre y las pruebas de ADN realizadas confirmaron que pertenecía al casero.